tag:blogger.com,1999:blog-35935149789955223612024-02-20T20:23:38.979-03:00Amo de mi silencio“No hay que olvidar con qué rapidez las visiones del genio<br>
llegan a ser manjares en conserva para intelectuales.” <br><i><b>(Saul Bellow, Herzog.)</b></i>el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.comBlogger104125tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-45064330050041543112010-12-03T18:30:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.632-03:00Optimismo y pesimismoMe lo afané de <a href="http://lotuyaesta.blogspot.com/2010/12/el-optimismo-y-pesimismo-el-tipo-se.html">acá</a>.<br/><br/><strong>OPTIMISMO Y PESIMISMO</strong><br/><br/>El tipo se hace pesimista, por lo general, a fuerza de ir viendo lo que les pasa en la vida a los optimistas.<br/><br/>Hay un optimismo capaz de producir pesimismos: y es el de los optimistas que enajenan el presente, que desatienden la hora en que se vive a fuerza de anticiparse un futuro prodigioso de esa hora.<br/><br/>Aspirar a la plenitud es un modo de conspirar contra ella. Quien aspira a mucho, en efecto, siempre se siente defraudado por lo que pudo, luego, conseguir.<br/><br/>Cada hora de la vida tiene una riqueza, un significado y un sentido. Cuando el tipo no aprovecha esa riqueza, no advierte ese significado, no entiende ese sentido, ha sufrido una pérdida que ya con nada podrá compensar.<br/><br/>No es optimismo auténtico el de quien espera confiado a que la realidad llegue a tener el tamaño de sus sueños: lo es, en cambio, aquel capaz de vivir su sueño como una realidad.<br/><br/>Esperar a que una ilusión se realice, es una falta de respeto para con la ilusión.<br/><br/>Esperar a que se transforme en una cosa que pueda tocarse o guardarse en el cofre-fort o ponerse en la heladera, es quitarle a la ilusión sus valores más ciertos y su gracia más diáfana y su gloria más pura.<br/><br/>Es confundir a la ilusión con un pagaré. Dicen los pesimistas que no puede haber felicidad completa, porque están aburridos de ver la decepción de los optimistas que creían que podía haberla.<br/><br/>Pero es que la felicidad no es nunca una cosa hecha: se va haciendo.<br/><br/>No se trata de que el tipo piense, edificado, en que llegará a ser feliz: se trata de que, lúcido, vaya siendo feliz.<br/><br/>A cada momento el tipo está llegando a algo. Lo malo es que no se da cuenta.<br/><br/>Nada de lo que pasa, pasa. Todo se hace nuestro.<br/><br/>Y el tipo, que siempre quiere apoderarse de todo ¡nunca sabe ser dueño de nada!<br/><br/>La felicidad no puede estar al fin de ningún camino: debe ir estando en el camino.<br/><br/>No es, nunca, una cosa hecha: es intención y referencia, es conciencia y fe.<br/><br/>No busca el camino hacia una cosa: se hace, entre las cosas. un camino. . .<br/><br/>Todo momento es algo, todo paso es una decisión.<br/><br/>Cada latido es un regalo.<br/><br/>Por no haber entendido eso tuvo que confesar, allá en sus años viejos, la Marquesa de Sevigné:<br/><br/>__" ¡Qué feliz era yo en aquellos tiempos en que era infeliz...!”<br/><br/>Wimpiel_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-58798260860776024432010-03-03T07:45:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.619-03:00SpasivaEl jefe del tipo había decidido que todos los viernes iban a salir a almorzar, junto con el personal que quisiera acompañarlo. La empresa pagaba.<br/>Luego de un par de intentos por los bodegones del barrio, recalaron en ese barcito, en una esquina a tres o cuatro cuadras del laburo.<br/>Entraron, se sentaron y cuando empezaban a comentar qué buena temperatura tenía el lugar (refrigerado pero sin exagerar), apareció una de las hermanas que atienden el lugar.<br/>Todos los ojos de los muchachos (había una sola chica en el grupo) convergieron en el mismo lugar: El escote de la rusita. Bonita, joven, con el rostro cortés pero adusto, ostentaba una remera con breteles de hilo cuyo escote dejaba ver generosamente la curva de sus pechos hasta el límite de la sorpresa. Y una alianza en su anular izquierdo.<br/>Pidieron de comer cada cual según su gusto.<br/>La otra hermana (camisita manga corta, pantalones de hilo) se ocupó de servir.<br/>Bajo la ropa holgada se notaba un buen cuerpo. En su cara bonita destacaban dos ojos claros, color miel, del tamaño de avellanas. Se las notaba acostumbradas al control de la fauna masculina que inequívocamente podía asegurarse que frecuentaba asiduamente el lugar sólo para verlas.<br/>El tipo, sentado contra la pared del fondo del lugar y con vista hacia la barra, cruzó su mirada con la hermana de camisita. Ella lo miró fijo, casi canchera, hasta que el tipo, como 40 segundos después, no tuvo más remedio que dejar de sostenerle la mirada para contestarle a alguien que le habló. Cuando terminaron de comer, volvieron al laburo contentos: ya tenían lugar fijo para ir a almorzar todos los viernes.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-61876805656046888922010-03-03T07:44:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.606-03:00Chapas voladasEstábamos en la casa de G. Era un departamento precioso a una cuadra del Congreso que tenía dependencias de servicio y balcón terraza. G. era el único varón de la familia, así que esas dependencias (un cuartito con baño propio y con la salida de servicio al lado) se habían convertido en su propio monoambiente con la cocina compartida. El balcón terraza con barandal de madera hacía de patio.<br/>G. no andaba muy bien de ánimos. Se había peleado con una novia, o una mina no había querido salir con él, algo así…<br/>Él y yo éramos amigos desde los 13, más o menos, cuando nos conocimos en una vereda de Barracas. Yo vivía en la ochava y él pasaba por ahí todos los domingos con su familia cuando iban a la iglesia que estaba a mitad de cuadra. Ahora él tenía 19 y a mí me faltaban tres meses para cumplirlos.<br/>A G. le gustaba autodefinirse como “tracción a sangre”. Combinaba con naturalidad un dominio exquisito de la técnica –era técnico instrumentista egresado de la Escuela Fábrica de la Shell de Dock Sud- con una envidiable capacidad para el lenguaje poético y la metáfora. Admirador de Ford y de Maiakovsky.<br/>Un laburante de la poesía, capaz de pasar horas tratando de organizar un poema.<br/>Un enamorado de la tecnología, al que le brillaban los ojos como a un chico contando cómo era la última máquina japonesa para fabricar blocks de motores.<br/>Descendiente de holandeses, su padre había muerto en un accidente bastante estúpido cuando G. era chiquito.<br/>Bueno, ahora que lo pienso, ¿hay accidentes inteligentes? ¿Se puede clasificar así un accidente?<br/>En fin, no importa, la cuestión es que el viejo de G. laburaba construyendo galpones o arreglando techos, o algo así. Habían subido con su hermano –el tío de G.- a revisar un techo de chapas de fibrocemento. (¿Saben de qué hablo? ¿No? Bueno, por las dudas: las chapas de fibrocemento son esas chapas acanaladas más o menos gruesas que parecen de cartón prensado, con una forma que vista de frente es medio así: ~~~~~~~)<br/>Todo el que anda en este asunto de los techos sabe perfectamente que esas chapas son jodidas. Nunca -pero nunca- se pisan en el medio, porque el fibrocemento es duro pero quebradizo. Se pisa siempre –pero siempre- en donde se superpone la punta de una con la punta de la otra, que además es donde están apoyadas en los travesaños que recorren el techo a lo largo.<br/>De última –pero solamente si no hay más remedio-, se puede pisar con mucho cuidado la superposición de sus lados, ya que ahí quedan los dos lomos uno encima del otro y juntos pueden aguantar el peso de un cuerpo durante el breve empujón de un paso.<br/>En fin, no tengo ni idea de si el viejo de G. pisó mal o no. No sé si tropezó o qué. Lo que sí sé es que el techo ni siquiera era demasiado alto -unos cuatro metros-, así que cuando el tipo pasó para abajo se podía esperar a lo sumo unos huesitos rotos o algo por el estilo. Y efectivamente, cuando los tordos lo revisaron lo único que le encontraron fue un esguince en una muñeca y escoriaciones en las extremidades y tronco. Es decir: se dobló la muñeca y se aporreó un poco las costillas, las rodillas, los codos, eso… Pero la chapa le pegó de canto en la nuca y lo mató. Porque la puta chapa iba derechito detrás del viejo de G. El hermano lo vio tan clarito que se zambulló detrás para tratar de manotearla, patearla, algo. Bueno. No llegó.<br/>Así que G. era el único hombre de la familia. Vivía con su madre y sus tres hermanas –una menor, las otras dos mayores- y ese día andaba medio depre.<br/>No era extraño ese estado en él, un tipo tracción a sangre, hipersensible, profundamente solidario, algo egoísta de a ratos.<br/>G. medía un metro noventa. Era rubio, tenía ojos color miel, cara cuadrada. Era el prototipo del vikingo. Para darles una idea acabada: en la Escuela de la Shell a los pibes les hacían chequeos todos los años. Evaluaban todo, incluyendo medidas y proporciones físicas... Cosas de holandeses, ustedes me entienden… Bueno, G. sacaba 99% en esas evaluaciones. Y el 1% faltante se lo descontaban porque… fumaba y tenía irritados los bronquios. En esa época yo también fumaba. Parissiennes fuertes.<br/>Y ahí estaba yo esa tarde de sábado o domingo, cumpliendo mi turno de bancarlo. Nuestra compañía inseparable en esos momentos, además de la música, era el mate. Amargo, dulce, con café, con cáscaras de naranja, caliente, tibio. Pavas y pavas de mate. Así que cuando la pava se vació me fui para la cocina a calentar más agua, mientras seguíamos hablando de lejos. G. salió al balcón terraza y yo puse la pava en el fuego. Cuando el agua estuvo a punto cambié la yerba, empecé un mate nuevo y enfilé para la habitación de mi mejor amigo. Al momento de trasponer la puerta de chapa de la cocina, cuando levanté la vista del mate al que iba echándole agua, lo vi.<br/>El vikingo de un metro noventa se encontraba en ese preciso instante agarrado de la baranda de madera que rodeaba la terraza. Había pasado por encima de ella y estaba del lado de afuera, con los pies en la cornisa y mirando hacia abajo desde el décimo piso…<br/>Cuando escuchó mi voz se asustó y giró la cabeza violentamente para mirarme, como sorprendido en falta. La brusquedad del movimiento lo hizo tambalear, mientras yo sentía que toda la sangre se juntaba en un extremo de mi cuerpo, aunque no estoy seguro de si se me fue toda a la cabeza, o si se me fue toda a los pies.<br/>Con el cuerpo completamente tensado en el esfuerzo, mientras recuperaba el equilibrio, me miró muy fijo a los ojos. Ahí me di cuenta. De la mueca que hiciera, de la cadencia de mi parpadeo, de la velocidad con que bajara la pava o la firmeza con que sostuviera el mate, de lo que dijera o no, dependía todo. Instantáneamente me calmé, las situaciones de tensión siempre me enfrían.<br/>No se me movió un solo músculo de la cara. Del modo más natural que pude y sin dejar de mirarlo, chupé de la bombilla hasta que hizo ruidito. Después, para sorpresa de G., bajé tranquilamente la mirada hacia el mate y, mientras volvía a llenarlo lo más despacito que pude, le dije con mi voz más neutra: -“¿Vas a algún lado?”<br/>Al mismo tiempo, levanté la vista, lo miré muy fijo y estiré el brazo mientras, ahora sí, lentamente, empecé a caminar hacia él alcanzándole el mate.<br/>Él se desconcertó bastante. Parpadeó sorprendido, se aflojó. Dudó.<br/>La situación cambió de dramática a ridícula sin solución de continuidad.<br/>Ya no dejó de mirarme. El gesto se le ablandó. Pasó al lado de adentro con desgano, casi con calma. Se sentó apoyando la espalda contra el barandal de madera, aceptó el mate y bamboleando la cabeza sin mirarme, con voz resignada, masculló mordiendo las palabras con más ironía que enojo: -“¡Flaco hijo de puta, ni matarme tranquilo puedo con vos…!”<br/>G. siempre decía que yo era la voz de su conciencia.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-55001461178207063172006-02-26T08:32:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.602-03:00La espiral ascendenteSábado. Nueve de la noche. El tipo mira para arriba y ve una hilera de palmeras agitadas por el viento que le recuerda la presentación de Miami Vice. Un cielo algo nuboso, con capas de nubes en distintas altitudes, unas casi quietas, otras volando a una velocidad que al tipo le parece enorme.<br/>El tipo está a cien metros del escenario, en esa loma natural que constituye la calle asfaltada.<br/>Adelante, unos diez metros hacia cada lado, sendas camionetas con parabólicas en el techo. En una de ellas, un chabón con una cámara y otro con una filmadora digital captan distintos momentos. Se prende la luz y aparece un locutor anunciando lo que viene.<br/>Dos minutos después entra ella. Arranca con La Cigarra. Al tipo se le humedecen los ojos mientras canta. Ve montones de manos yendo a los ojos cada tanto, así que se ve que no es el único. Muchos jóvenes cantando.<br/>Siguen casi dos horas de recital impecable.<br/>Entre la gente, una sucesión interminable de postales del tiempo que vivimos. Muchísima gente viene casi a acampar. Llegan con sillas plegables, heladeritas, mates, termos, galletitas, sánguches, gaseosas. Adolescentes con sus padres, con sus abuelos. Dos mujeres jóvenes levantan en sillita de oro a una anciana que no llega al metro cuarenta y cinco para que vea el escenario.<br/>Dueños naturales del espacio en que se desarrolla el recital.<br/>Una pena que entre los invitados no esté León. Ella fue la que se lo llevó a cantar por el mundo, después de que el tipo se despachara en la jeta de los milicos con "Solo le pido a dios" mientras ellos organizaban la guerra con Chile. Era el 77 y el tipo, todavía un jovencito, se negaba a dar crédito a ese tío que le vaticinó: "ya está, nos cagaron otros veinticinco años". Impecable, la cuenta del tío: 2001-1976 = 25.<br/>Casi sobre el final, el tipo cae en la cuenta: la última vez que la vio en vivo fue en el Opera, en el '82 dictatorial post-Malvinas, cuando la hora del naufragio y la de la oscuridad recién estaban todavía en su minuto 12, más o menos.<br/>El tipo cree recordar que ella empezó cantando el mismo tema.<br/>Esa vez había más Infantería y yuta afuera del teatrito con capacidad para vaya a saber, ¿un par de miles de personas? que esta noche en la que, según los diarios del día siguiente, hay setenta mil personas. Esta noche el tipo no ve ni un cana. Están todos donde deben estar: dirigiendo el tránsito.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-68970509124686942412006-01-25T13:35:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.588-03:00BolitasPara los que tienen miedo<br/>Vamo´, arriba, tengan fé<br/>Pa´ los que ya se la juegan<br/>No se olviden lo que fue<br/>Pa´ los que están enterrados<br/>Más allá del socavón<br/>Hay que darle coca al tío<br/>Y laburar con su perdón<br/><br/>Potosí - La vela puerca<br/><br/> <blockquote> “. . . <a href="http://www.katari.org/portada/">A mi solo</a> me mataréis, pero mañana volveré y seré millones”<br/>El 15 de Noviembre de 1781, un hombre lanzaba esta sentencia a los rostros de sus verdugos. El territorio de lo que hoy es Bolivia acababa de conocer una de las revoluciones indias más grandes de su historia, la ciudad de La Paz había sido cercada dos veces, un fuego de rebeldía invadía valles y altiplano. </blockquote><br/><blockquote>El movimiento de independencia de la América española se inició con el <a href="http://www.bolivia.com/Especiales/2004/Efemerides/La_Paz/Resena_Historica/index.asp">'grito de chuquisaca</a>' el 25 de mayo de 1809. Se constituyó una junta formada por delegados de diversos territorios y presidida por el patriota boliviano Pedro Domingo Murillo. Vencidos los insurrectos por los españoles en la batalla de Chacaltaya en octubre de aquel mismo año, Murillo y otros patriotas fueron pasados por las armas. Las últimas palabras del héroe boliviano fueron:<br/> "La tea que dejo encendida nadie podrá apagarla". </blockquote><br/><br/>Casi sitiado por la vorágine cotidiana de su mudanza eternamente inconclusa, el tipo se tiró en el sofá y puso uno de los canales que transmitían en directo. Casi de casualidad, con curiosidad más que otra cosa, el tipo pescó la ceremonia ancestral de Tiahuanaco.<br/>Banalizada por su condición de espectáculo mediático, al igual que las guerras y los desastres naturales de los últimos quince años, de pronto, sin embargo, tomó cuerpo. En uno de esos instantes fugaces en que uno "sabe", el tipo adquirió repentinamente conciencia de que estaba presenciando un hecho histórico por cualquier parámetro que se eligiera.<br/>Era impresionante la cantidad de gente reunida, pero mucho más lo era la causa que la reunió.<br/>El segundo presidente aborigen de la historia de las repúblicas de América tomó el micrófono para hablar a esa multitud espontáneamente reunida, y la Puerta del Sol lo enmarcó. Desde ahí llamó a su gente a empujarlo si se frenaba y convocó a los pueblos de latinoamérica a participar en el cambio. "Hay que pasar de la resistencia a la toma del poder", aseveró.<br/>Cuando el Presidente Electo de la República hermana de Bolivia hizo la lista de los antecedentes de los cuales se considera tributario y albacea -"vamos a cumplir las tareas que nos dejaron pendientes" dijo ahí, y pidió un minuto de silencio para ellos al otro día en el Congreso- el tipo sintió la emoción estrujarle la garganta y algunas lágrimas correr por el rostro.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-76167872235959604222006-01-13T08:21:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.581-03:00Vivir solo cuesta vidaEl tipo había estado charlando con una amiga sobre actos, impulsos y consecuencias. "Me desconcertaste, la mayoría de los tipos no piensan así", había dicho ella. El tipo le había dicho que no hizo algo que realmente quería hacer porque pensó en las consecuencias a mediano plazo.<br/>Días después el tipo meditaba sobre si invitar o no a alguien a probar un vino que compró. O mejor dicho: sobre si darse por aludido por la frase de ella cuando el tipo le sugirió que se lo compre porque era muy rico -"primero tendría que probarlo", había dejado picando unos días antes con desparpajo la casi treintañera-. El tipo sabía de antemano que no iba a darse por aludido pero el solo poder considerar la posibilidad producía un efecto satisfactorio en su autoestima.<br/>En eso andaba el tipo cuando se encontró en un blog con el siguiente párrafo, obviamente referido a alguna gente mayor, escrito por alguien probablemente muy joven:<br/><blockquote><div>Yo las comprendo porque se que voy a llegar ahí y voy a sentir el mismo pesar y la misma ansiedad. Cada día realmente puede ser el último. A la vuelta de la esquina ya no hay un choque fortuito con el hombre de tu vida, lo que hay a lo sumo es un vendedor de celulares. La vida no es algo especial y el corazón ya no sufre estampidas.</div></blockquote>Es cierto que a mucha gente se le ha encallecido el alma con el correr del tiempo, las desilusiones, los infortunios y tantos otros avatares de la existencia. A algunos, incluso, desde edad temprana.<br/>Pero la mayoría sigue soñando con que a la vuelta de la esquina esté el choque fortuito con el hombre o la mujer de tu vida -si es que todavía ese choque no se produjo-, sigue pensando que la vida es algo especial y el corazón sigue sufriendo estampidas.<br/>Lo que ocurre es que "vida" a partir de determinada edad ya no es la promesa del futuro interminable. El horizonte está a la vista. <br/>Como cada día puede ser el último, ese algo especial que es la vida puede acabarse mañana. "Para toda la vida" puede significar para hoy y mañana. Y el corazón en estampida puede desbarrancarse en el abismo de la nada antes de haber logrado tomar impulso.<br/>Ganas e ilusiones sigue habiendo. En todo caso, algo menos de confianza ciega en la propia infalibilidad, después de una dosis apropiada de cagadas. Lo que no hay es tanto tiempo para desperdiciar. El tipo ha visto sesentones largos empezar nueva vida y nueva familia y beberse los vientos y veinteañeros tan cagones que dan vergüenza ajena.<br/>Puestas las cosas en esa perspectiva, la diferencia sigue siendo, a cualquier edad, la que hay entre la inconciencia y el valor, entre la cobardía y la mesura, entre el resentimiento y la esperanza.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-45375387922009929402005-12-27T17:30:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.572-03:00Llamado a la solidaridadOtrosidigo: <a href="http://eduardofabregat.blogspot.com/2005/12/mentiras-y-verdades.html">Esta nota</a> de Eduardo Fabregat y los comentarios asociados tampoco tienen desperdicio...<br/><br/>Dentro de tres días se cumple un año de Cromañón.<br/>Mucho se dice y se escribe. Yo dije lo mío al calor de los hechos y un par de veces más. Hoy me encuentro con <a href="http://www.clarin.com/suplementos/zona/2005/12/24/z-04415.htm">esta nota de Clarín</a>, que me gusta para darle un posible cierre. Porque pinta un fresco amplísimo no sólo de lo que pasó ahí, sino de algunas otras cosas que pasaron antes y durante todo el año después. Vayan, lean y lagrimeen un poco. Como siempre, para abrirles el apetito, acá un pedacito:<br/><br/>En 18 años de periodismo, la mitad de mi vida, aprendí que el destino suele preparar emboscadas. Uno puede ir hacia un lugar seguro, pero de pronto, algo que nos empuja a cambiar de dirección. Hace más de un año preparaba una nota sobre la Campaña Nacional de Alfabetización, que iba a convocar a voluntarios independientes de la política. Para poder contar la experiencia, en noviembre de 2004, hice el curso de capacitación en el Palacio Sarmiento. En Florencio Varela, una beba dormía en el pecho de su padre, debajo de un ventilador. Tenían un amor de caricias y miradas, ausente de palabras. Ella no tendría tiempo de aprender ninguna, ni siquiera "papá".<br/><br/>—¿Y qué te parece si te ponés al frente de un curso, hay siete adultos que viven cerca de tu trabajo y tienen ganas de aprender? —me tentaron.<br/><br/>Tenía que reacomodar horarios, suspender actividades y pasar más tiempo fuera de casa. Mi hijo, de cuatro años, me sorprendía con la lectura de las primeras letras. Corría el riesgo de perderme esos momentos.<br/><br/>Ya parado al lado del pizarrón, con historias de pobreza que me miraban desde los pupitres, era tarde para arrepentirse. Sólo tuve tiempo para renunciar por escrito a los viáticos de 50 pesos que daban por mes. Luego de nueve encuentros, con el curso avanzado y los alumnos toreando a la ignorancia, recibí un llamado inesperado, que denotaba suma preocupación:<br/><br/>—Tenemos un caso muy delicado, un sobreviviente de Cromañón que perdió a su esposa y a su hija, y no sabe leer ni escribir. Es un pedido especial del Presidente... ¿vos te animás?el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-65284561375096231892005-12-22T07:43:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.567-03:00Harold Pinter: Arte, verdad y política<p>Hace unos días leí en su versión en inglés el discurso grabado que envió el escritor Harold Pinter a la ceremonia de entrega de los Nobel para recibir el suyo de Literatura. Hoy lo encontré <a href="http://www.escolar.net/wiki/index.php/Harold_Pinter:_Arte,_verdad_y_pol%C3%ADtica">en español</a>. No tiene desperdicio. Para abrirles el apetito, acá van un par de parrafitos...:<br/></p> <p><br/>"La invasión directa de un estado soberano nunca ha sido el método favorito de Estados Unidos. En la mayoría de los casos, han preferido lo que ellos han descrito como “conflicto de baja intensidad”. Conflicto de baja intensidad significa que miles de personas mueren pero más lentamente que si lanzases una bomba sobre ellos de una sola vez. Significa que infectas el corazón del país, que estableces un tumor maligno y observas el desarrollo de la gangrena. Cuando el pueblo ha sido sometido - o molido a palos, que viene a ser lo mismo – y tus propios amigos, los militares y las grandes corporaciones, se sientan confortablemente en el poder, tú te pones frente a la cámara y dices que la democracia ha prevalecido. Esto fue lo normal en la política exterior de los Estados Unidos durante los años de los que estoy hablando. </p> <p>La tragedia de Nicaragua fue un ejemplo muy significativo. La escogí para exponerla aquí como un ejemplo claro de cómo ve Estados Unidos su papel en el mundo, tanto entonces como ahora. </p> <p>Yo estuve presente en una reunión en la embajada de los EEUU en Londres a finales de los 80. </p> <p>El Congreso de Estados Unidos estaba a punto de decidir si dar más dinero a la Contra para su campaña contra el estado de Nicaragua. Yo era un miembro de una delegación que venía a hablar en nombre de Nicaragua, pero la persona más importante en esta delegación era el Padre John Metcalf. El líder del grupo de EEUU era Raymond Seitz (por aquel entonces el ayudante del embajador, más tarde él mismo sería embajador). El Padre Metcalf dijo: “Señor, dirijo una parroquia en el norte de Nicaragua. Mis feligreses construyeron una escuela, un centro de salud, un centro cultural. Vivíamos en paz. Hace unos pocos meses un grupo de la Contra atacó la parroquia. Lo destruyeron todo: la escuela, el centro de salud, el centro cultural. Violaron a las enfermeras y las maestras, asesinaron a los médicos, de la forma más brutal. Se comportaron como salvajes. Por favor, exija que el gobierno de EEUU retire su apoyo a esta repugnante actividad terrorista.” </p> <p>Raymond Seitz tenía muy buena reputación como hombre racional, responsable y altamente sofisticado. Era muy respetado en los círculos diplomáticos. Escuchó, hizo una pausa, y entonces habló con gravedad. 'Padre', dijo, 'déjame decirte algo. En la guerra, la gente inocente siempre sufre'. Hubo un frío silencio. Le miramos. Él no parpadeó." </p>el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-79968134751916388752005-12-19T11:38:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.563-03:00Eterno resplandor...Sábado a la tardecita.<br/>El tipo se había puesto a esperar el bondi cerca de Plaza Congreso.<br/>El bondi llega, pero para como veinte metros antes.<br/>La gente baja. La morocha pasa delante del bondi.<br/>El tipo la mira, ella mira al tipo. Fijo.<br/>Cruza la calle. El tipo sonríe y cruza en su dirección.<br/>La saluda con la mano. Ella sonríe y devuelve el saludo.<br/>- "Hola".<br/>- "Hola. ¿Te conozco?"<br/>- "Sí, claro, M., vos sos A."<br/>- "No me acuerdo..."<br/>- "¿No?"<br/><br/>El bondi se va, sin el tipo...<br/><br/>- "En serio, no..."<br/>- "¡Uh! ¡Es como en la peli esa con Drew Barrymore!"<br/>- "..."<br/>- "Tesplico: Resulta que yo estaba ahí esperando el bondi. El bondi llegó, pero paró como veinte metros antes. Vos te bajaste..."<br/>- "¡Ajajajaaa...! ¿Y cómo sabías que yo era A.? "<br/>- "Por la medallita en el cuello..."<br/><br/>El tipo y A. se van charlando.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-33684994297439343362005-12-09T09:11:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.559-03:00Entre las cuerdasMe enredaste. Me enredaste en mí. En mi mismo enredo.<br/>No fue a traición, pero fue de improviso.<br/>Tendrías un plan. Pero mi desconcierto, pienso ahora, lo desbarató.<br/>Te empujé con el sabor amargo de mi desconcierto, supongo, al sabor amargo de tu laberinto.<br/>Cuando pude reaccionar ya estabas en el brete.<br/>Es que a vos te gustaba que te mientan un poquito y yo no miento.<br/>Vos pareciste resignarte a tu laberinto y yo de los laberintos salgo por arriba.<br/>Vibramos al mismo tiempo pero sin concierto.<br/>Lo que pudo ser un arpegio fascinante fue dos melodias sonando armónicas pero en compases distintos. O un contrapunto.<br/>Pero eso no es lo más importante.<br/>Tañiste un instrumento que había estado mudo mucho tiempo.<br/>Y todavía estaba afinado.<br/>Gracias por eso.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-64539390039913349662005-11-23T16:42:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.555-03:00Porque lo que es ya no era...<div>Uno no termina con la nariz rota por escribir mal;<br/>al contrario, escribimos porque nos hemos roto la<br/>nariz y no tenemos ningún lugar al que ir. <br/>Anton Chejov<br/></div> <br/>vacío<br/>hastío<br/>no escribir<br/>de más<br/>no poner<br/>lo que sabés<br/>no saber<br/>lo que ponés<br/>no decir<br/>lo que sentís<br/>no sentir<br/>lo que decís<br/>no buscar<br/>lo que no tenés<br/>no tener<br/>lo que buscás<br/>no callar<br/>lo que querés<br/><br/>no seguir mintiéndote<br/><br/>y entonces<br/>un nuevo momento<br/>volver a empezar<br/>lo que no terminaste<br/>volver a decir<br/>lo que debe decirse<br/>volver a comprobar<br/>lo olvidado,<br/>plenamente<br/>recuperado:<br/>que tu nariz se cura.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-70004262255879376012005-11-09T08:14:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.550-03:00AntitéticasLa rubiecita había subido al bondi primero. Una clásica universitaria veinteañera. Ojos claros de mirada atenta aunque lejana, saquito negro sobre remera sobre musculosa, pantalón negro tipo vaquero, cartera tipo alforja y carpetas.<br/>La morocha subió después. Retacona, con obvia ascendencia guaraní. Un poco rellenita, prácticamente sin cintura. Con una pollera cortísima que dejaba ver las piernas, siempre delgadas, de ese tipo de mujer. Pechos firmes, generosos pero no grandes, cuyas tres cuartas partes quedaban ostentosamente a la vista, levantados por un pushup y apenas cubiertos por un top fucsia cruzado, alevosa e intencionalmente abierto. El tipo notó su presencia cuando levantó los ojos en un descanso de su lectura y revoleando la vista se encontró primero con su escote y luego con la mirada intensamente violenta de sus ojos oscuros. La morocha buscaba hacerse notar, ostensiblemente. No con esa actitud falsamente seductora de las prostitutas, sino con acentuada agresividad. Miraba desafiante, casi patotera, a quien la mirara, como diciendo "¿¡qué mirás!?". "Esta mina debe tener problemitas", pensó el tipo distraído de su lectura.<br/>El asiento doble delante del tipo se vació. Primero se sentó la rubiecita, hacia el lado de la ventanilla izquierda del bondi. La morocha se le sentó al lado. En ese momento el tipo pudo ver que traía un par de bolsas. También vio su pelo negro, hirsuto y rebelde, con algo de caspa. Recién ahí la rubiecita la vio. Su mano, que acababa de meter en el bolso para sacar los auriculares del walkman, quedó congelada. La miró como si no pudiera creer lo que veía. Alejó la cabeza, incluso, diez centímetros hacia la ventanilla para abarcar mejor el conjunto a su lado. Se colocó los auriculares, mirando de costado una y otra vez. El tipo se imaginó toda clase de pensamientos referidos a la cuestión de género emergiendo en tropel de la cabeza de la rubiecita, que sacó un libro y lo abrió sobre el bolso que apoyaba en la falda. Empezó a leer, pero volvió a alejar la cabeza para mirar a su compañera de asiento. A esas alturas, la morocha, que atraída por el libro intentaba ver de qué se trataba, se percató del desconcierto de la otra. Entonces, agregando obscenidad a la provocación, se despatarró un poco en el asiento y, ajena, llevó los dos brazos hacia arriba, tomándose del pasamanos de su propio asiento y ofreciendo con los brazos abiertos sus pechos semidesnudos al estupor, el desconcierto y el pudor ajeno generales y la lascivia de uno que otro par de ojos desorbitados.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-46222782795397644252005-11-04T07:21:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.544-03:00En caminoEl tipo había llegado a la parada para tomar el bondi. Eran cerca de las diez de la noche. Cinco o seis personas ya hacían cola. Una de ellas había prendido un pucho recién. Justificando la leyenda urbana, en la esquina dobla el bondi y arrima a la parada. La mina tira el pucho para subir. De la entrada de un local surgen dos pibes. Uno aparenta alrededor de los 10 u 11, así que debe tener 13 o 14. El otro aparenta 14 o 15, así que debe andar por los 16 o 17. El más chico se apresura a levantar el pucho casi entero. Lo saborea con fruición, sobreactuando el gesto. Un cuadro de Alonso el rostro enjuto. Los ojos marrones enormes y esa sonrisa increíblemente fresca de que son capaces esos pibes a veces, en medio de la mugre que los cubre, mucho más literalmente de lo que quisieramos. Otro pasajero ve la escena y lo mira al tipo con una cara de preocupación simpática, semisonriente, que encierra todo un mundo de reflexiones. El tipo, distraído por la escena, al ir a subir no ve el caño de desagüe que interrumpe el cordón y pisa en falso, trastablillando aparatosamente. El pibito ríe mientras dice: "¡Qué boludo... el cordón, eh...!". El tipo lo mira a los ojos, levanta las cejas como diciendo "ha visto!" y sonríe. Mientras sube, siente que le tocan el pantalón y el pibe dice "eh, don, chistecito, eh..."<br/>Una vez arriba, el tipo se va al fondo del bondi y se sienta.<br/>Momentos después, los dos pibes llegan ahí. El más grande se sienta al lado del tipo, el pibito en el escalón delante de él. Cuadras más adelante baja el pasajero sentado a la derecha del tipo. El tipo se corre y deja el lugar para que se siente el pibito. El pibito se sienta y toma una de esas aguas saborizadas con limonada. En su roñosísima mano izquierda, cuatro o cinco pesos en monedas de diez centavos.<br/>El tipo piensa en qué podría decirle. ¿Que él también debería tener una oportunidad, pero que nadie se lo dijo? ¿Que puede que esta vez, como pinta la cosa, pueda llegar a tenerla, si sobrevive el tiempo suficiente? ¿Que aunque la taba parece estarse dando vuelta, todavía falta muchísimo?<br/>No hay que decir nada. Toda la secuencia: la naturalidad con que los pibes suben y se sientan, con que los pasajeros aceptan ese roce y esa convivencia, eran inexistentes hace unos años. Algunos cambios se extienden imperceptibles a simple vista pero profundos.<br/>Cuando va a bajar, el tipo lo mira fijo al pibito y lo interpela cómplice: "¡Permiso, señor!". El pibito corre la gamba. Cuando el tipo se está parando ya delante de la puerta, el pibito le retruca: "¡Caballero, eh!".<br/>Tres o cuatro días después, cuando va a entrar al cajero automático de la avenida, el tipo lo ve al pibito durmiendo ahí, en la entrada, despatarrado al amparo del clima benévolo. Algún alma caritativa le dejó encima, entre el pecho y el brazo, una bolsita de nylon con un bruto sanguche de milanesa adentro.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-42810968462914733832005-10-20T15:47:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.540-03:00What the f...??El tipo luego de un recorrido inusual llegó al banco.<br/>Se sentó al escritorio donde lo esperaban.<br/>Leyeron un montón de papeles, firmaron un montón de formularios, blah.<br/>La guita cambió de mano, el destinatario revisó morosamente todos y cada uno de los billetes.<br/>En definitiva, que el tipo oficializó su carácter de propietario de su nueva casa.<br/>Cuando todo parecía concluído, el escribano pela un talonario de formularios y se lo pone delante.<br/>"Por favor, tiene que llenarme esto".<br/>El tipo dudó. Un instante, nomás. Porque el escribano es el de su familia, lo conoce hace quichicientos años y no daba ni para putearlo ni para cagársele de risa en la jeta.<br/>El encabezado del formulario rezaba "Unidad de Investigaciones Financieras - AFIP" o algo por el estilo. Todos los datos personales del tipo, ocupación, bla bla.<br/>Qué compra, qué vende, por qué, para qué...<br/>Una vez que el tipo termina, el escribano saca la hojita y le pasa el formulario a la jermu del tipo.<br/>El tipo, que ya tiene lapicera en mano, amaga a empezar a llenar los datos.<br/>"No" -interrumpe el escriba- "tiene que ser de su puño y letra".<br/>Ahí el tipo se percata de que obran ya en poder del escribano las respectivas copias pertenecientes a los vendedores.<br/>Increíble, ¿no?<br/>"¿Por qué no se van un poco a... investigar a los que en realidad se afanan todo?" le dice el tipo al escribano. "Por ejemplo, a los dueños del banco éste donde estamos...??"<br/><br/>El escribano concuerda, pero qué remedio...<br/><br/>Ahora, lo peor, pero lo peor de todo no fue eso...<br/>Como último requisito, el escribano pela un tinterito y con su mejor cara de circunstancias, pide: "Ahora, el pulgar, por favor, ahí, en el recuadrito de abajo" y ofrece una servilleta de papel para limpiar la mácula.<br/><br/>Al tipo le vino a la mente la escena esa de "La máquina del tiempo" donde los desprevenidos habitantes del paraíso marchan hacia su destino de hamburguesa sin saberlo...el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-21138546169161333152005-10-18T19:30:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.535-03:00Comienzo<p>Los sentidos desbordados controlando tu energía<br/>La sinrazón insurgente absorbiendo tu conciencia.<br/>La acometida del desenfreno.<br/>Y alegría por esos sentimientos.<br/></p> <p>Su presencia.<br/>Su desasosiego. El aleteo de su duda.<br/></p> <p>Sentir. Apabullado. Después de tanto tiempo.<br/>Poner palabras a tu sentimiento.<br/>Saber que no hay coincidencia. Que sí correspondencia.<br/>Llamarte a silencio. Retornar a la cordura.<br/>Pero seguir abierto al sentimiento.<br/>Después de tanto tiempo.<br/><br/></p>el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-38002897280076261472005-10-13T20:05:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.530-03:00De te fabula narratur (II)"Acá es donde nos conocimos, yo venía para que me enseñe computación", dice. Su mirada se pierde en ese punto que no es aquí ni ahora, dejándole en el rostro un gesto que recuerda aquel que Korda capturara y que luego se convirtiera en la imagen más unificadora de todo lo que apuesta al futuro.<br/>Mucho más adelante, volverá a aparecer en escena. "Llegamos juntos a la estación Avellaneda y ahí lo perdí. Me dijo que se iba adelante, me dijo que me cuide, le dije que se cuide..." -cuenta. "Volvíamos corriendo" -relata después- "cuando llegué a la estación ya el compañero Maxi estaba en el piso. Traté de asistirlo, entonces llegó Darío y me dijo que me vaya, que ya venía la policía". La voz, por primera vez, se le quiebra. "Lo vi de lejos, levantando la mano y diciendo que lo ayudaran con el herido, pidiendo que no tiren". Se aprieta los ojos y rompe en llanto.<br/><br/>"Llegué a casa para comer desde el trabajo", cuenta otro entrevistado. "Prendí la tele y vi a la policía atropellar con los caballos a las madres. Ya no volví al trabajo a la tarde, me fui para la plaza". Después relatará cómo la bala entró por la parte posterior izquierda de su nuca y quedó alojada en la zona frontal derecha. Un milagro.<br/>Su salvador dice que, simplemente, pensó: "no voy a dejarlos que me saquen otro compañero". Porque fue militante y tiene muchos compañeros desaparecidos. "Este no", dijo. Más adelante contará que en su casa hay un merendero para 170 chicos. "Sabemos lo que no queremos, pero no cómo obtener lo que queremos", reflexiona, "pero sabemos que depende de nosotros. Porque acá hay solidaridad".<br/>Uno tras otro, durante toda la película, desfilan los héroes anónimos sin maquillaje.<br/>Hechos históricos que caen en el olvido, empujados amablemente por el tremendismo de los medios y la cortedad de memoria que fuerzan las urgencias cotidianas: la marcha grande de los piqueteros, la recepción de la clase media en Liniers al grito de "Piquete y cacerola...", el campamento en La Matanza, y montones de historias.<br/>En el comienzo, la combinación de combate callejero, placas fijas con fechas y fotomontajes de primeros planos me recuerdan a Octubre, de Eisenstein. El tema es el mismo.<br/>Pino filmó Memorias del Saqueo, una compacta denuncia del neoliberalismo. Todo el mundo habla, ahora, de los desastres de los noventa, pero deja afuera lo otro que también pasó, y que es lo único que explica que todavía tengamos patria. Pino nos obsequia esta nueva película, en la que nos da la explicación, ya desde el título: "La dignidad de los nadies".el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-49915091574422485132005-10-01T13:50:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.526-03:00Ley de la SelvaA partir de hoy, en el estado de Florida, Miami incluido, rige la ley que otorga a los pobladores el derecho a usar armas de fuego contra cualquier persona que a simple vista pueda ser una presunta amenaza para la seguridad individual del que tire del gatillo.<br/><br/>Asegurar por ley la ley de la selva no es algo que cualquiera pueda jactarse de haber hecho...<br/>Lamentablemente, no se les puede negar consistencia en su brutalidad, no...?<br/><br/>Parafraseando a los sufridos mejicanos:<br/>Pobrecito el mundo, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de dios...el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-26105291305365673472005-09-28T16:32:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.522-03:00Peculiaridades<div>(I)<br/>"I have kids. Please help me."<br/>Así rezaba el cartón apoyado contra la cadera de la mujer mendicante.<br/>Por extraño que parezca, la mujer estaba sentada a la entrada de la catedral metropolitana, actuando su papel de atracción turística for export.<br/>Por supuesto, similares explicaciones en argento ornaban parecidos cartones situados al lado del primero.<br/><br/>(II)<br/>Viajando hacia J.M.Moreno en un subte de la línea E, de pronto el tipo vio una formación que circulaba por la otra vía.<br/>Contra toda lógica, iba en la misma dirección que la formación en que viajaba el tipo, aunque a velocidad menor. Peor aún, cuando la formación en que viajaba el tipo arrancó de la estación en la que se detuvo luego de adelantarla, la otra, por la otra vía, llegó y se detuvo lo más pancha junto al andén contrario.<br/>Así perdió el tipo una de las certezas que constituyen la seguridad cotidiana de circunstancias que, de otra forma, serían imposibles de afrontar: que los subtes no circulan de contramano.<br/><br/></div>el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-23534486255308718992005-09-16T07:54:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.517-03:00Etiamsi omnes, ego non (III)Yo no se si usted<br/>lloró de impotencia<br/>alguna vez,<br/>si odió su ser<br/>alguna vez<br/>por prohibirle la sonrisa.<br/>Yo no se si usted<br/>odió queriendo<br/>alguna vez, si<br/>quiso y fue ciego, si<br/>le atrajeron los diez pisos<br/>que nos separan desde el suelo<br/>o tuvo miedo.<br/>Yo no se si<br/>escuchó a moris o<br/>vio belleza o dio tristeza<br/>alguna vez.<br/>Yo no se si<br/>alguna vez<br/>a sus amigos los necesitó,<br/>pero no le alcanzó;<br/>si soñó alguna vez, si<br/>escuchó "Basta" alguna vez, si<br/>se tragó una pared y<br/>después, nada.<br/>Yo no se si<br/>sus problemas se olvidaron o<br/>se acostumbraron,<br/>si vio pureza entre su<br/>cuerpo y el de ella<br/>alguna vez si se durmió<br/>abranzando a alguien<br/>sin quererse despertar,<br/>si comprendió que "dos"<br/>es muy difícil de lograr,<br/>si buscó sin encontrar,<br/>si vio el mar alguna vez<br/>si apretó una mano y<br/>se quedó callado, si<br/>encontró una mirada<br/>alguna vez, si<br/>estuvo en paz y con felicidad,<br/>si en la fuerza de un<br/>abrazo quiso demostrar<br/>lo que sentía y<br/>apretujó un cuerpo frágil.<br/>Yo no se si<br/>no encontró sentido<br/>alguna vez<br/>si se sintió solo y<br/>se cansó de preguntar:<br/>¿POR QUÉ?<br/><br/><br/>Así después<br/>14-12-1974<br/><br/>Porque no hay dos sin tres...el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-87834792286246534542005-09-06T09:23:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.512-03:00KatrinaPara quienes se dedican a autoflagelarse con monsergas del tipo "cómo somos los argentinos, eh...": No me jodan más con "la gran democracia del norte", o la supuesta superioridad civilizada de los norteamericanos. Cuando empezaron a verse las primeras imágenes dantescas, un cumpa de laburo incluso me dijo "mirá, y eso les pasó a ellos. Imaginate lo que hubiera sido acá...". Yo me quedé mirándolo sorprendido y le dije que en Santa Fe, sin ir más lejos, no pasó ni una fracción del desastre social y humano que se vio en Nueva Orleans. Como dice Atilio Borón en <a href="http://www.pagina12web.com.ar/diario/elmundo/subnotas/56117-18683-2005-09-06.html">esta nota</a> de P/12 de hoy:<br/>"En muchos países del mundo desarrollado han ocurrido catástrofes similares a la del Katrina, como en Japón, con el terremoto de Kobe, y lo que invariablemente ha ocurrido fue un florecimiento de la solidaridad social. En los Estados Unidos, en cambio, la profunda patología social de ese país produjo el efecto contrario: un feroz “sálvese quien pueda” que generó saqueos en gran escala, violencia indiscriminada y bandas armadas sueltas por las calles aterrorizando a sobrevivientes y a las patrullas de rescate. Tales aberraciones nos hablan de una sociedad alienada y profundamente escindida, que si no se desintegra en una horrorosa pesadilla hobbesiana de guerra de todos contratodos es merced a su formidable aparato represivo: esos millones de policías, guardias privados y destacamentos armados de todo tipo, más un sistema carcelario que, medido en términos per cápita, no tiene parangón en el mundo. Una sociedad que, en realidad, no es tal a causa de su exacerbado individualismo y total falta de solidaridad". (...) "Los bien pagados impostores que siguen proponiéndonos a los Estados Unidos como un ejemplo, y que apenas ayer cantaban loas a Pinochet y Videla, quedaron también ellos al desnudo, como los sufridos habitantes de Nueva Orleans. Pero a diferencia de éstos, que gritan su rabia, aquéllos permanecen en un vergonzoso silencio."<br/><br/>Ya no hay que imaginarse lo que podría haber sido de este país sin las creaciones populares que significaron los piqueteros, las asambleas, los comedores, los emprendimientos, la Red Solidaria y las miles y miles de iniciativas solidarias de nuestro pueblo. Quedó a la vista en Nueva Orleans...el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-62488406606933253002005-08-25T10:28:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.507-03:00DesconfianzaEl tipo había tomado el bondi para volver a casa del laburo. Serían las nueve, nueve y media de la noche. Se había sentado en el último asiento individual. La gente iba y venía y el tipo, inmerso en sus propios asuntos, prestaba poca atención.<br/>En algún momento vio subir a una pareja. Él se sentó en el asiento doble a la altura del tipo, del lado del pasillo. Ella un asiento más adelante. Ella se dio vuelta sacando las piernas al pasillo para charlar con él.<br/>El tipo notó que cada tanto ella miraba con disimulo y algo de repulsión a alguien sentado detrás del tipo.<br/>Al rato, el tipo siente que le tocan el hombro y le hablan. No entiende ni jota. Se da vuelta y recibe en pleno rostro el vaho agrio de un aliento alcohólico. Un hombre con rostro del noroeste le está diciendo algo, que finalmente descifra: “Rioja y Parque Patricios…”.<br/>El tipo asiente y le dice que sí, que el bondi lo lleva. Que se tiene que bajar dos paradas después que él. Que se quede tranquilo, que el tipo le va a avisar.<br/>Menos de diez minutos después, el hombre del altiplano insiste. Con un tono entre suplicante y plañidero, dice “Por favoooooor, por favoooooooor” -arrastrando mucho la o- “señor, le pido, de compatriota boliviano a compatriota argentino, yo no me ubico mucho por acá y no sé en quién confiaaaar…”<br/>El tipo se da vuelta nuevamente, hace un gesto de “qué querés que te diga…” e insiste en que se quede tranquilo, que él le va a avisar. La cosa se vuelve a repetir, dos o tres veces.<br/>La minita ya mira al boliviano medio incómoda, mira al tipo con cara de no explicarse qué hace hablándole al otro y después pone esa cara de nada comúnmente conocida como “de perro que lo están culeando”, tan característica de nuestra clase media bien pensante cuando la realidad de la pobreza le juega esa mala pasada de salir del noticiero y pasarle demasiado cerca.<br/>De pronto el tipo se aviva que está viajando en un bondi de la otra línea que lo lleva a su casa y que, en realidad, el boliviano se tiene que bajar no dos paradas después, sino varias vueltas después, ya que el bondi toma por adentro del parque. La explicación no es tan trivial, así que decide que en el punto correcto le va a mostrar el paredón ese, le va a decir “dobla para allá, después para allá y ahí usté se tiene que bajar”. El estado del pobre hombre no amerita una explicación muy abstracta ni muy anticipada…<br/>Varias cuadras antes de ese punto y viendo que el bondi abandona la avenida, el muchacho de la parejita cambia de asiento, se sienta delante del tipo de costado y, él también, pregunta si el bondi vuelve al punto en que, casualmente, el boliviano debe bajar. El tipo le dice que sí y suspira aliviado: ellos le pueden avisar dónde bajar…<br/>En eso, la minita mira al boliviano, mira a su noviecito asustada, hace un par de gestos con los ojos y le dice, moviendo los labios sin sonido: “tiene un cuchillo”. El novio mira al tipo con sonrisa cómplice, pone cara de “¿y?” y le dice a ella que no se caliente, total, en el estado que está, a quién va a joder…<br/>El tipo ya entendió a qué se refería el boliviano: llegó a la conclusión de que estos dos no son confiables. Llegan al punto donde el tipo iba a explicar. Se da vuelta para hablarle y se lo encuentra desparramado sobre el asiento del fondo y profundamente dormido. Seis cuadras completas lo zamarrea, tratando de despertarlo para explicarle, pero no hay caso…<br/>El tipo llega a su parada y se baja. Vaya a saber dónde se despertará ese hombre, pero pasadas las diez y media de la noche no da cruzar a pie seis cuadras de parque que incluye campamento de gente durmiendo en cajas de cartón sumadas a las seis que ahora camina sintiéndose culpable y tan poco confiable como los otros dos...el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-84536785051975090732005-08-19T05:56:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.501-03:00Etiamsi omnes, ego non (II)Ella es<br/>como se me ocurre<br/>Rubia, negra y morena;<br/>y cuando me emborracho de color<br/>arrayán y canela.<br/>Y es una estructura de carne<br/>cuando no tengo frío.<br/>Y es azúcar.<br/>Y se acuesta conmigo<br/>cuando mirando al techo<br/>sueño;<br/>cigarrillos compañeros,<br/>medias luces melancólicas<br/>formando mi escenografía.<br/>Y cuando estoy loco de figuras<br/>es un girasol<br/>y luz y lluvia y olor a tierra<br/>y arco iris<br/>y arenas con cuatro pisadas.<br/>En ella el hoy es mañana.<br/>Y en esos momentos únicos<br/>comparte mi egoismo.<br/>Y tomando coraje<br/>te armo y te desarmo<br/>una pieza niña,<br/>otra pieza mujer<br/>y otra adolescente.<br/>Es ventajoso pensarte,<br/>pensarte y no tenerte;<br/>solo te imagino,<br/>sos irreal<br/>o quizás existas<br/>pero no te ubico<br/>que es lo mismo;<br/>simplemente te asocio con el mar<br/>en un sencillo pensamiento<br/>y el sol tímido<br/>y una caminata<br/>y un girasol<br/>y la lluvia<br/>y el olor a tierra<br/>y arenas<br/>y cuatro pisadas.<br/>Nos contamos pasados<br/>compartimos presentes<br/>y esperamos futuros.<br/><br/>Insomnio<br/>28-01-1974<br/><br/>Otro poemita rescatado del arcón de los recuerdos.<br/>Unos cuantos años después de escrito y con el consiguiente permiso del autor, las últimas tres estrofas cargaron de contenido la tarjeta de invitación a un casamiento.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-8437131159027263332005-08-13T14:57:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.497-03:00Disparos en las sombrasHablando de hijos y otras yerbas por vaya a saber qué razón, hace un tiempo me acordé de este poema, en particular lo del arco... Hoy de pura casualidad, buscando otras cosas lo encontré.<br/>Acá lo dejo, para solaz de los caminantes que se asomen a mi ventana:<br/><br/><br/><strong>LOS HIJOS</strong><br/><br/>Tus hijos no son tus hijos <br/>son hijos e hijas de la vida <br/>deseosa de sí misma. <br/><br/>No vienen de ti, sino a través de ti <br/>y aunque estén contigo <br/>no te pertenecen. <br/><br/>Puedes darles tu amor, <br/>pero no tus pensamientos, pues, <br/>ellos tienen sus propios pensamientos. <br/><br/>Puedes abrigar sus cuerpos, <br/>pero no sus almas, porque ellas, <br/>viven en la casa del mañana, <br/>que no puedes visitar <br/>ni siquiera en sueños. <br/><br/>Puedes esforzarte en ser como ellos, <br/>pero no procures hacerlos semejantes a ti <br/>porque la vida no retrocede, <br/>ni se detiene en el ayer. <br/><br/>Tú eres el arco del cual, tus hijos <br/>como flechas vivas son lanzados. <br/>Deja que la inclinación <br/>en tu mano de arquero <br/>sea para la felicidad.<br/><em>Khalil Gibran</em>el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-21966751687742785052005-08-08T05:19:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.492-03:00MutacionesEl tipo andaba en plan de mudanza. Había decidido salir de recorrida por las inmobiliarias de la zona y se mandó para el lado comercial del barrio, donde conviven varias de ellas unas junto a otras en un radio de pocas cuadras.<br/>El tipo se detenía ante cada una de ellas y estudiaba atentamente la oferta de las tarjetas, mirando la vidriera con la ñata contra el vidrio: la casa despampanante y con valor de seis dígitos en dólares, el chalet venido a menos, el PH a refaccionar, el depto coqueto pero chiquito, el depto grande pero oscurísimo...<br/>A la hora, o algo así, ya tenía una ensalada en el coco y trataba de agrupar con alguna lógica la variadísima muestra que venía recolectando. ¿Qué sería lo mejor? ¿Privilegiamos la zona, aunque sea más chico el PH...? ¿Elegimos el más lindo, aunque nos quede en el culo del mundo...? ¿El PH aquél a refaccionar, que está a diez cuadras de casa, o el depto ese que es impresionante, pero tiene un ambiente menos...? ¿Compramos barato y gastamos lo que nos queda en arreglar a nuestro gusto, o ponemos lo que hay y lo que no hay y compramos como para mudarnos ya...? ¿Qué hacer? La ansiedad se iba apoderando de él, las opciones iban creando una enorme bola de nieve que crecía a cada momento, sometiéndolo a la presión de tener que optar entre cosas tan diferentes.<br/>En eso venía cuando a mitad de una cuadra entre dos inmobiliarias, pasó por un local cerrado. Un clásico de los noventa, con seguridad había sido un banco, o una financiera, o una casa de cambio: frente amplio y con detalles de arquitectura, vidrieras de cristal templado esfumado en tono verde para impedir el paso del sol, la evidencia de una puerta giratoria amurallada en un cilindro de acero inoxidable, un umbral amplísimo de sección triangular, ya que el frente hacía ángulo a treinta grados con la línea de la vereda.<br/>En el umbral, una incontable cantidad de objetos de todo tipo y tamaño, coronada por dos colchones totalmente desvencijados, uno con los resortes afuera. Sobre un costado, una improvisada mesita con un termo y un mate, un par de atados indescifrables de ropa, mantas y vaya a saber uno qué.<br/>Toda la instalación rebosando mugre, servía de habitáculo a un hombre en los cuarenta, barba y pelo renegridos e hirsutos enmarcando un rostro que al tipo le recordó a los daguerrotipos de Facundo Quiroga. El hombre miró al tipo fijo, con unos ojos verdeazules limpios y directos y con esa mirada inconmovible e impenetrable de quien ha visto demasiado.<br/>En ese preciso instante, la inmensa bola de nieve de sus ansiedades y angustias se derritió hasta dejar una microscópica bolita que lograba, apenas, superar la insignificancia.el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3593514978995522361.post-45595931132482668902005-07-21T10:29:00.000-03:002013-07-09T11:39:18.486-03:00Etiamsi omnes, ego nonCelebramos nuestra amistad cada minuto de nuestras vidas. Como amigos, entre quienes nos conocían -nos quisieran más o menos- fuimos leyenda. Yo era su conciencia crítica y él la mía. Y aunque buena parte del tiempo no estuviéramos de acuerdo, era práctica común preguntarle a uno qué opinaba el otro de algo y que éste pudiera responder con exactitud. Era impensable que alguno de nosotros tomara una decisión sin la opinión del otro.<br/>Fue un honor conocerlo. Y una suerte. Sin él, más de la mitad de lo que soy no sería...<br/>No recuerdo la primera vez que lo ví. O probablemente sí, pero no la identifico como la primera. Andábamos por los 13 y todavía yo era más alto; él todavía no había pegado el estirón que lo llevaría a su metro noventa y su estampa de vikingo.<br/>Sí recuerdo la última vez que lo ví. Su hermana me avisó que no estaba bien, en qué hospital estaba y que sería una buena idea ir a visitarlo. Por esas vueltas de la vida, hacía muchísimo que no nos veíamos. Se sorprendió al verme entrar. Preguntó qué hacía ahí.<br/>A mí me sorprendió su estado. Casi calvo, semidesdentado, el cuerpo hinchado por la medicación, el soporte del suero y sus idas y venidas, similares a las de Tom Hanks en Filadelfia, el rostro gastado. El cáncer, inoperable.<br/>Él a pesar de todo seguía siendo el mismo. Empecinado, cálido, agudo, pensador profundo, sensible, caprichoso por momentos. "Tracción a sangre", como le gustaba definirse.<br/>Pasamos dos o tres horas charlando con él, su compañera, su hermana mayor, su hermana más chiquita que venía directamente del aeropuerto.<br/>Uno o dos meses después, su compañera me llamó por teléfono.<br/>"Quedate tranquilo, no vengas. Yo sé lo que él y vos pensaban de todo este asunto, de los velorios y los entierros. Pero es por la familia. No te hagas problema. Sí, sí. Si necesito algo te aviso".<br/><br/>Como corrector "oficial" de lo que escribía, guardo hace décadas algunos de sus poemas que más me gustaron. Vaya el más largo, porque sí:<br/><br/>Estoy acostado al lado de la música,<br/>Daniel y Miguel dormitan<br/>una mujer-niña bajo la lluvia<br/>en sus tibios pensamientos,<br/>me crucé algunas miradas con las gentes pasajeras,<br/>leí una poesía de Walt Whitman,<br/>escuché canciones de dulzura y<br/>a media luz,<br/>me sentí bien...<br/><br/>Cuando escriba un poema,... realmente<br/>sin una sola mentira... corriendo<br/>por un campo atado a un barrilete,<br/>con todo el sol y el pasto<br/>verde me llegue<br/>hasta la cintura por lo menos,<br/>cuanto tenga una sonrisa<br/>tan grande,<br/>bella,<br/>plena,<br/>libre, cuando<br/>inaugure mi asombro<br/>a cada instante,... cuando<br/>tenga un guante grande,<br/>muy, tan grande<br/>que pueda<br/>pegarle en la cara<br/>a todas las tristezas y<br/>la felicidad me someta déspota;<br/>cuando aconglomere todo lo bueno,<br/>seguro<br/>pensaré en vos...<br/><br/>Ahora estoy bien, realmente y<br/>(me es inevitable)<br/>tu color está aquí;<br/>sumo preguntas<br/>e hipotéticas respuestas y<br/>(me es inevitable)<br/>TE IMAGINO contestando<br/>las cosas que yo quiero...<br/><br/>Tu crisálida posibilidad<br/>llegará por fin,<br/>florecerá<br/>tu ternura, tu belleza<br/>emergerá<br/>libertará<br/>todos los duendes de tu almohada,<br/>arribará<br/>a tus convulsiones y<br/>te sentirás<br/>fresca y nueva de<br/>jazmín rocío y limonero, de<br/>21 de setiembre verde y categórico, de<br/>sol cronológico y radiante, de<br/>pequeñas miradas cachorritas vivas torpes y anhelantes.<br/>Serás como América feroz maravillosa...<br/>te sentirás<br/>como recién bañada, al secarte<br/>tersamente bella y pura...<br/><br/>Yo se que llegará,<br/>tu nuevo nacimiento llegará, pero<br/>si mezquinaste tu máxima posibilidad o<br/>no estás esbozando una sonrisa;<br/>no te lo reproches en ese maravilloso momento,<br/>reprochátelo ahora y preguntate<br/>si sos<br/>una regadera o<br/>una esponja,<br/>si regás<br/>compromiso o<br/>complacencia,<br/>si absorbés<br/>lágrima sonrisa o<br/>mezquindades,... preguntate<br/>si tu corazón es<br/>una promesa o<br/>una registradora...<br/><br/>Cuando te sientas<br/>como en domingo por la tarde,<br/>y te preguntes qué es la vida,<br/>sacate tu ropa hecha a la medida y<br/>ponete paradita frente a tu espejo,<br/>verás:<br/>la belleza<br/>subir por tu cintura,<br/>la alegría<br/>jugando con tu ombligo y dedo gordo,<br/>el futuro de granero<br/>esperando paciente en tu vientre,<br/>las gorrionas intenciones<br/>en tus ojos titilantes,<br/>la elección de un camino<br/>en tus pies,<br/>un terrón de azúcar dentro de tus senos,<br/>la transparente diafaneidad adolescente<br/>en tu conjunto...,<br/>oirás<br/>un "Quiero amar al mundo"<br/>en tu boca... y<br/>si después de verte así,<br/>tal cual<br/>expropiada tu mentira,<br/>descubrís<br/>una lloviznita en tus ojos,<br/>largate a llover nomás,<br/>largate alegre, a chaparrones porque<br/>me ha pasado a mí también,<br/>con un poco de vergüenza lo confieso...<br/><br/>No me digas que<br/>después de esas noches feroces,<br/>después de la violencia cotidiana,<br/>al momento de acostarte,<br/>no te preguntaste y<br/>luego convenciste que sí,<br/>sí hay belleza;<br/>solo que<br/>a veces otras cosas parecen dominantes...<br/><br/>Hacé memoria,<br/>acordate de tu día<br/>más claro,<br/>más puro,<br/>más libre,<br/>más feliz y<br/>preguntate si no podés<br/>repetirlo<br/>cien veces por lo menos,<br/>poniendo<br/>algo de tu parte,<br/>desurbanizando<br/>tu mirada,<br/>pensando<br/>en todos para así pensar<br/>en uno mismo,<br/>impregnándote<br/>de todos los colores<br/>que son bandera de<br/>los cofrades<br/>que tienen buenas intenciones claras,<br/>reproduciéndote<br/>en la alegría que pretendas...<br/><br/>Claro,<br/>vos preguntarás<br/>qué puedo hacer,<br/>mi vocación de vida<br/>no encuentra la salida,<br/>pero<br/>al hacer la pregunta<br/>empezaste a contestar...<br/><br/>Estoy preparando un asalto<br/>(confidencialmente te lo cuento)<br/>mirá,<br/>nos vamos al zoológico y<br/>le decimos al venado triste de la entrada:<br/>- Señor Venado esto es un asalto - y<br/>lo apuntamos con una llave, después<br/>soltamos a todos los animales<br/>para que vuelva la armonía<br/>a reinar;<br/>vení, podés<br/>hacerme de "campana"...<br/><br/>Bueno pero ahora me siento bien, realmente,<br/>Litto dice que quiere<br/>comprender<br/>el sentido de<br/>la palabra y<br/>que comprendan<br/>además<br/>el calor de<br/>una mirada que<br/>hay en él;<br/>me siento bien,<br/>realmente<br/>cuando toda mi mente y mi piel sean<br/>un estetoscopio veraz,<br/>cuanto tenga tanto miedo que<br/>me asuma<br/>la humildad,<br/>cada vez que me sienta libre,<br/>seguro<br/>pensaré en vos,<br/>en un caballito de mar cabalga <br/>esta afirmación...<br/><br/>Serás una crisálida o<br/>un par de armónicas palabras,<br/>en tu beso en la mejilla<br/>estará la respuesta cuando<br/>nos crucemos por la calle...<br/><br/>Me pregunto<br/>dónde estarás en estos momentos,<br/>¿cómo...? ¿En plenitud...?<br/>Si te encuentras en<br/>algún vacío<br/>triste<br/>perdida,<br/>no te preguntes<br/>cómo pudo ser o por qué,<br/>preguntate<br/>(es lo realmente importante)<br/>preguntate<br/>si has podido elegir.<br/><br/>Crisálida<br/>21-3-1976el_tipohttp://www.blogger.com/profile/06856366770585279314noreply@blogger.com0