Entradas

Mostrando las entradas de 2005

Llamado a la solidaridad

Otrosidigo: Esta nota de Eduardo Fabregat y los comentarios asociados tampoco tienen desperdicio... Dentro de tres días se cumple un año de Cromañón. Mucho se dice y se escribe. Yo dije lo mío al calor de los hechos y un par de veces más. Hoy me encuentro con esta nota de Clarín , que me gusta para darle un posible cierre. Porque pinta un fresco amplísimo no sólo de lo que pasó ahí, sino de algunas otras cosas que pasaron antes y durante todo el año después. Vayan, lean y lagrimeen un poco. Como siempre, para abrirles el apetito, acá un pedacito: En 18 años de periodismo, la mitad de mi vida, aprendí que el destino suele preparar emboscadas. Uno puede ir hacia un lugar seguro, pero de pronto, algo que nos empuja a cambiar de dirección. Hace más de un año preparaba una nota sobre la Campaña Nacional de Alfabetización, que iba a convocar a voluntarios independientes de la política. Para poder contar la experiencia, en noviembre de 2004, hice el curso de capacitación en el Palacio Sarmie

Harold Pinter: Arte, verdad y política

Hace unos días leí en su versión en inglés el discurso grabado que envió el escritor Harold Pinter a la ceremonia de entrega de los Nobel para recibir el suyo de Literatura. Hoy lo encontré en español . No tiene desperdicio. Para abrirles el apetito, acá van un par de parrafitos...: "La invasión directa de un estado soberano nunca ha sido el método favorito de Estados Unidos. En la mayoría de los casos, han preferido lo que ellos han descrito como “conflicto de baja intensidad”. Conflicto de baja intensidad significa que miles de personas mueren pero más lentamente que si lanzases una bomba sobre ellos de una sola vez. Significa que infectas el corazón del país, que estableces un tumor maligno y observas el desarrollo de la gangrena. Cuando el pueblo ha sido sometido - o molido a palos, que viene a ser lo mismo – y tus propios amigos, los militares y las grandes corporaciones, se sientan confortablemente en el poder, tú te pones frente a la cámara y dices que la democracia ha pre

Eterno resplandor...

Sábado a la tardecita. El tipo se había puesto a esperar el bondi cerca de Plaza Congreso. El bondi llega, pero para como veinte metros antes. La gente baja. La morocha pasa delante del bondi. El tipo la mira, ella mira al tipo. Fijo. Cruza la calle. El tipo sonríe y cruza en su dirección. La saluda con la mano. Ella sonríe y devuelve el saludo. - "Hola". - "Hola. ¿Te conozco?" - "Sí, claro, M., vos sos A." - "No me acuerdo..." - "¿No?" El bondi se va, sin el tipo... - "En serio, no..." - "¡Uh! ¡Es como en la peli esa con Drew Barrymore!" - "..." - "Tesplico: Resulta que yo estaba ahí esperando el bondi. El bondi llegó, pero paró como veinte metros antes. Vos te bajaste..." - "¡Ajajajaaa...! ¿Y cómo sabías que yo era A.? " - "Por la medallita en el cuello..." El tipo y A. se van charlando.

Entre las cuerdas

Me enredaste. Me enredaste en mí. En mi mismo enredo. No fue a traición, pero fue de improviso. Tendrías un plan. Pero mi desconcierto, pienso ahora, lo desbarató. Te empujé con el sabor amargo de mi desconcierto, supongo, al sabor amargo de tu laberinto. Cuando pude reaccionar ya estabas en el brete. Es que a vos te gustaba que te mientan un poquito y yo no miento. Vos pareciste resignarte a tu laberinto y yo de los laberintos salgo por arriba. Vibramos al mismo tiempo pero sin concierto. Lo que pudo ser un arpegio fascinante fue dos melodias sonando armónicas pero en compases distintos. O un contrapunto. Pero eso no es lo más importante. Tañiste un instrumento que había estado mudo mucho tiempo. Y todavía estaba afinado. Gracias por eso.

Porque lo que es ya no era...

Uno no termina con la nariz rota por escribir mal; al contrario, escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir. Anton Chejov vacío hastío no escribir de más no poner lo que sabés no saber lo que ponés no decir lo que sentís no sentir lo que decís no buscar lo que no tenés no tener lo que buscás no callar lo que querés no seguir mintiéndote y entonces un nuevo momento volver a empezar lo que no terminaste volver a decir lo que debe decirse volver a comprobar lo olvidado, plenamente recuperado: que tu nariz se cura.

Antitéticas

La rubiecita había subido al bondi primero. Una clásica universitaria veinteañera. Ojos claros de mirada atenta aunque lejana, saquito negro sobre remera sobre musculosa, pantalón negro tipo vaquero, cartera tipo alforja y carpetas. La morocha subió después. Retacona, con obvia ascendencia guaraní. Un poco rellenita, prácticamente sin cintura. Con una pollera cortísima que dejaba ver las piernas, siempre delgadas, de ese tipo de mujer. Pechos firmes, generosos pero no grandes, cuyas tres cuartas partes quedaban ostentosamente a la vista, levantados por un pushup y apenas cubiertos por un top fucsia cruzado, alevosa e intencionalmente abierto. El tipo notó su presencia cuando levantó los ojos en un descanso de su lectura y revoleando la vista se encontró primero con su escote y luego con la mirada intensamente violenta de sus ojos oscuros. La morocha buscaba hacerse notar, ostensiblemente. No con esa actitud falsamente seductora de las prostitutas, sino con acentuada agresividad. Miraba

En camino

El tipo había llegado a la parada para tomar el bondi. Eran cerca de las diez de la noche. Cinco o seis personas ya hacían cola. Una de ellas había prendido un pucho recién. Justificando la leyenda urbana, en la esquina dobla el bondi y arrima a la parada. La mina tira el pucho para subir. De la entrada de un local surgen dos pibes. Uno aparenta alrededor de los 10 u 11, así que debe tener 13 o 14. El otro aparenta 14 o 15, así que debe andar por los 16 o 17. El más chico se apresura a levantar el pucho casi entero. Lo saborea con fruición, sobreactuando el gesto. Un cuadro de Alonso el rostro enjuto. Los ojos marrones enormes y esa sonrisa increíblemente fresca de que son capaces esos pibes a veces, en medio de la mugre que los cubre, mucho más literalmente de lo que quisieramos. Otro pasajero ve la escena y lo mira al tipo con una cara de preocupación simpática, semisonriente, que encierra todo un mundo de reflexiones. El tipo, distraído por la escena, al ir a subir no ve el caño de

What the f...??

El tipo luego de un recorrido inusual llegó al banco. Se sentó al escritorio donde lo esperaban. Leyeron un montón de papeles, firmaron un montón de formularios, blah. La guita cambió de mano, el destinatario revisó morosamente todos y cada uno de los billetes. En definitiva, que el tipo oficializó su carácter de propietario de su nueva casa. Cuando todo parecía concluído, el escribano pela un talonario de formularios y se lo pone delante. "Por favor, tiene que llenarme esto". El tipo dudó. Un instante, nomás. Porque el escribano es el de su familia, lo conoce hace quichicientos años y no daba ni para putearlo ni para cagársele de risa en la jeta. El encabezado del formulario rezaba "Unidad de Investigaciones Financieras - AFIP" o algo por el estilo. Todos los datos personales del tipo, ocupación, bla bla. Qué compra, qué vende, por qué, para qué... Una vez que el tipo termina, el escribano saca la hojita y le pasa el formulario a la jermu del tipo. El tipo, que y

Comienzo

Los sentidos desbordados controlando tu energía La sinrazón insurgente absorbiendo tu conciencia. La acometida del desenfreno. Y alegría por esos sentimientos. Su presencia. Su desasosiego. El aleteo de su duda. Sentir. Apabullado. Después de tanto tiempo. Poner palabras a tu sentimiento. Saber que no hay coincidencia. Que sí correspondencia. Llamarte a silencio. Retornar a la cordura. Pero seguir abierto al sentimiento. Después de tanto tiempo.

De te fabula narratur (II)

"Acá es donde nos conocimos, yo venía para que me enseñe computación", dice. Su mirada se pierde en ese punto que no es aquí ni ahora, dejándole en el rostro un gesto que recuerda aquel que Korda capturara y que luego se convirtiera en la imagen más unificadora de todo lo que apuesta al futuro. Mucho más adelante, volverá a aparecer en escena. "Llegamos juntos a la estación Avellaneda y ahí lo perdí. Me dijo que se iba adelante, me dijo que me cuide, le dije que se cuide..." -cuenta. "Volvíamos corriendo" -relata después- "cuando llegué a la estación ya el compañero Maxi estaba en el piso. Traté de asistirlo, entonces llegó Darío y me dijo que me vaya, que ya venía la policía". La voz, por primera vez, se le quiebra. "Lo vi de lejos, levantando la mano y diciendo que lo ayudaran con el herido, pidiendo que no tiren". Se aprieta los ojos y rompe en llanto. "Llegué a casa para comer desde el trabajo", cuenta otro entrevistado. &

Ley de la Selva

A partir de hoy, en el estado de Florida, Miami incluido, rige la ley que otorga a los pobladores el derecho a usar armas de fuego contra cualquier persona que a simple vista pueda ser una presunta amenaza para la seguridad individual del que tire del gatillo. Asegurar por ley la ley de la selva no es algo que cualquiera pueda jactarse de haber hecho... Lamentablemente, no se les puede negar consistencia en su brutalidad, no...? Parafraseando a los sufridos mejicanos: Pobrecito el mundo, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de dios...

Peculiaridades

(I) "I have kids. Please help me." Así rezaba el cartón apoyado contra la cadera de la mujer mendicante. Por extraño que parezca, la mujer estaba sentada a la entrada de la catedral metropolitana, actuando su papel de atracción turística for export. Por supuesto, similares explicaciones en argento ornaban parecidos cartones situados al lado del primero. (II) Viajando hacia J.M.Moreno en un subte de la línea E, de pronto el tipo vio una formación que circulaba por la otra vía. Contra toda lógica, iba en la misma dirección que la formación en que viajaba el tipo, aunque a velocidad menor. Peor aún, cuando la formación en que viajaba el tipo arrancó de la estación en la que se detuvo luego de adelantarla, la otra, por la otra vía, llegó y se detuvo lo más pancha junto al andén contrario. Así perdió el tipo una de las certezas que constituyen la seguridad cotidiana de circunstancias que, de otra forma, serían imposibles de afrontar: que los subtes no circulan de contramano.

Etiamsi omnes, ego non (III)

Yo no se si usted lloró de impotencia alguna vez, si odió su ser alguna vez por prohibirle la sonrisa. Yo no se si usted odió queriendo alguna vez, si quiso y fue ciego, si le atrajeron los diez pisos que nos separan desde el suelo o tuvo miedo. Yo no se si escuchó a moris o vio belleza o dio tristeza alguna vez. Yo no se si alguna vez a sus amigos los necesitó, pero no le alcanzó; si soñó alguna vez, si escuchó "Basta" alguna vez, si se tragó una pared y después, nada. Yo no se si sus problemas se olvidaron o se acostumbraron, si vio pureza entre su cuerpo y el de ella alguna vez si se durmió abranzando a alguien sin quererse despertar, si comprendió que "dos" es muy difícil de lograr, si buscó sin encontrar, si vio el mar alguna vez si apretó una mano y se quedó callado, si encontró una mirada alguna vez, si estuvo en paz y con felicidad, si en la fuerza de un abrazo quiso demostrar lo que sentía y apretujó un cuerpo frágil. Yo no se si no encontró sentido alguna

Katrina

Para quienes se dedican a autoflagelarse con monsergas del tipo "cómo somos los argentinos, eh...": No me jodan más con "la gran democracia del norte", o la supuesta superioridad civilizada de los norteamericanos. Cuando empezaron a verse las primeras imágenes dantescas, un cumpa de laburo incluso me dijo "mirá, y eso les pasó a ellos. Imaginate lo que hubiera sido acá...". Yo me quedé mirándolo sorprendido y le dije que en Santa Fe, sin ir más lejos, no pasó ni una fracción del desastre social y humano que se vio en Nueva Orleans. Como dice Atilio Borón en esta nota de P/12 de hoy: "En muchos países del mundo desarrollado han ocurrido catástrofes similares a la del Katrina, como en Japón, con el terremoto de Kobe, y lo que invariablemente ha ocurrido fue un florecimiento de la solidaridad social. En los Estados Unidos, en cambio, la profunda patología social de ese país produjo el efecto contrario: un feroz “sálvese quien pueda” que generó saqueos

Desconfianza

El tipo había tomado el bondi para volver a casa del laburo. Serían las nueve, nueve y media de la noche. Se había sentado en el último asiento individual. La gente iba y venía y el tipo, inmerso en sus propios asuntos, prestaba poca atención. En algún momento vio subir a una pareja. Él se sentó en el asiento doble a la altura del tipo, del lado del pasillo. Ella un asiento más adelante. Ella se dio vuelta sacando las piernas al pasillo para charlar con él. El tipo notó que cada tanto ella miraba con disimulo y algo de repulsión a alguien sentado detrás del tipo. Al rato, el tipo siente que le tocan el hombro y le hablan. No entiende ni jota. Se da vuelta y recibe en pleno rostro el vaho agrio de un aliento alcohólico. Un hombre con rostro del noroeste le está diciendo algo, que finalmente descifra: “Rioja y Parque Patricios…”. El tipo asiente y le dice que sí, que el bondi lo lleva. Que se tiene que bajar dos paradas después que él. Que se quede tranquilo, que el tipo le va a avisar.

Etiamsi omnes, ego non (II)

Ella es como se me ocurre Rubia, negra y morena; y cuando me emborracho de color arrayán y canela. Y es una estructura de carne cuando no tengo frío. Y es azúcar. Y se acuesta conmigo cuando mirando al techo sueño; cigarrillos compañeros, medias luces melancólicas formando mi escenografía. Y cuando estoy loco de figuras es un girasol y luz y lluvia y olor a tierra y arco iris y arenas con cuatro pisadas. En ella el hoy es mañana. Y en esos momentos únicos comparte mi egoismo. Y tomando coraje te armo y te desarmo una pieza niña, otra pieza mujer y otra adolescente. Es ventajoso pensarte, pensarte y no tenerte; solo te imagino, sos irreal o quizás existas pero no te ubico que es lo mismo; simplemente te asocio con el mar en un sencillo pensamiento y el sol tímido y una caminata y un girasol y la lluvia y el olor a tierra y arenas y cuatro pisadas. Nos contamos pasados compartimos presentes y esperamos futuros. Insomnio 28-01-1974 Otro poemita rescatado del arcón de los recuerdos. Unos c

Disparos en las sombras

Hablando de hijos y otras yerbas por vaya a saber qué razón, hace un tiempo me acordé de este poema, en particular lo del arco... Hoy de pura casualidad, buscando otras cosas lo encontré. Acá lo dejo, para solaz de los caminantes que se asomen a mi ventana: LOS HIJOS Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas, viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer. Tú eres el arco del cual, tus hijos como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad. Khalil Gibran

Mutaciones

El tipo andaba en plan de mudanza. Había decidido salir de recorrida por las inmobiliarias de la zona y se mandó para el lado comercial del barrio, donde conviven varias de ellas unas junto a otras en un radio de pocas cuadras. El tipo se detenía ante cada una de ellas y estudiaba atentamente la oferta de las tarjetas, mirando la vidriera con la ñata contra el vidrio: la casa despampanante y con valor de seis dígitos en dólares, el chalet venido a menos, el PH a refaccionar, el depto coqueto pero chiquito, el depto grande pero oscurísimo... A la hora, o algo así, ya tenía una ensalada en el coco y trataba de agrupar con alguna lógica la variadísima muestra que venía recolectando. ¿Qué sería lo mejor? ¿Privilegiamos la zona, aunque sea más chico el PH...? ¿Elegimos el más lindo, aunque nos quede en el culo del mundo...? ¿El PH aquél a refaccionar, que está a diez cuadras de casa, o el depto ese que es impresionante, pero tiene un ambiente menos...? ¿Compramos barato y gastamos lo que no

Etiamsi omnes, ego non

Celebramos nuestra amistad cada minuto de nuestras vidas. Como amigos, entre quienes nos conocían -nos quisieran más o menos- fuimos leyenda. Yo era su conciencia crítica y él la mía. Y aunque buena parte del tiempo no estuviéramos de acuerdo, era práctica común preguntarle a uno qué opinaba el otro de algo y que éste pudiera responder con exactitud. Era impensable que alguno de nosotros tomara una decisión sin la opinión del otro. Fue un honor conocerlo. Y una suerte. Sin él, más de la mitad de lo que soy no sería... No recuerdo la primera vez que lo ví. O probablemente sí, pero no la identifico como la primera. Andábamos por los 13 y todavía yo era más alto; él todavía no había pegado el estirón que lo llevaría a su metro noventa y su estampa de vikingo. Sí recuerdo la última vez que lo ví. Su hermana me avisó que no estaba bien, en qué hospital estaba y que sería una buena idea ir a visitarlo. Por esas vueltas de la vida, hacía muchísimo que no nos veíamos. Se sorprendió al verme en

Bueh, andá to sing to him to Gardel

Resulta que estaba con el fono en la mano, esperando que la AFIP me diera bola para hacer una consulta, así que para entretenerme entretanto, me puse a curiosear el ortivador -como dice una amiga-, a ver de dónde entraba la gente. Como había uno que entró de Japón, quise ver de dónde había venido, y me encontré con este link . Si cazan algo de inglés, se van a descostillar de risa. Yo todavía no puedo parar de reirme...

Consumiéndonos

"Yo antes escribía, ahora solamente puteo", le dijo alguien al tipo. Otro por ahí se quejaba de que en su época oscura escribía mejor. Después -o antes- el tipo leyó un cuentito bastante escabroso cuya lectura por el autor en giras de presentación, según el diario, había provocado vómitos y desmayos en el auditorio. La primera pregunta que al tipo le vino a la mente fue "¿quién necesita escribir cuentos así?". El autor, en nota aparte del mismo diario, lo explica: "Mi objetivo era escribir un nuevo tipo de historia de terror, algo basado en el mundo común y corriente, sin monstruos sobrenaturales ni magia". Básicamente: dar una nueva vuelta de tuerca a la apuesta efectista. El tipo se acordó de un reportaje a Joan Manuel Serrat en el que el cantautor se refería al deletéreo efecto de la industria musical sobre la música popular. Decía Serrat que antiguamente los episodios, acontecimientos, leyendas, enseñanzas populares, eran recogidos en poemas y cancione

Presentes

Esther Ballestrino de Careaga María Ponce de Bianco Azucena Villaflor de De Vincenti

Probando, probando, uno, dos, tres...

El tipo estaba ante su compu en el laburo, leyendo un paper en inglés sobre software testing (sí, el tipo miente que labura con sistemas, programación, y esas cosas...). Absorto descubría cómo preparar diagramas de flujo de casos de prueba, usando casos de uso, bla. No es cuestión de aburrir entrando en nerdismos... De pronto, abajito a la derecha aparece la fichita azul esa tan bonita del Outlook que le muestra el título del mail que acaba de entrar. El tipo lee con el rabillo del ojo "Pattern testing" (Testeo de patrones: una técnica de software) y se queda duro... "Merde", piensa, "menos de quince minutos que estuve buscando en gugle y ya me empezó a caer spam sobre el tema...!" Va y abre el mail, recien entonces presta atención y lee: "Paternity testing. Take a paternity test: know for shure" ("Test de paternidad. Hágase un test de paternidad para saber con seguridad.") El tipo no supo si reirse o preocuparse...

Reflexión sobre Cromañón

Una excelente nota sobre el tema. He aquí algunos párrafos: Así, diversos actores sociales, por acción o por omisión, contribuyeron durante el primer semestre de 2005 a apañar un estado de linchamiento permanente y un estrechamiento brutal de la conciencia colectiva, que sumerge las representaciones de la esfera pública en un estado de reducción y pobreza propios de las sociedades totalitarias y fascistas, en lo que concierne al episodio y a sus ramificaciones y consecuencias. Si estas ramificaciones totalitarias y fascistas no tienen un éxito más señalado es porque encarnan una política de derechas, orientada a poner en jaque a diversas líneas de la administración pública (a veces con alguna razón parcial en los fundamentos, enseguida desmentida por el curso de los acontecimientos mediatizados) y a los sectores democráticos y progresistas de la sociedad argentina que, como se sabe, están lejos de constituir una mayoría. (...) No hay aquí una estrategia conspirativa de un actor cohere

¿Y vos qué sos?

Imagen
Le dijeron al tipo que entrara en ésta paginola y pusiera su DNI. Resulta que ahí aparece la filiación política si alguna vez el dueño del DNI se afilió a un partido... En una época, ahí se leía un cartelito que decía si estabas afiliado (en rojo) o no (en verde) a algún partido. Se supone que es para garantizar que si el tipo quiere votar en las internas abiertas de un partido, éste pueda confirmar que el tipo no es uno de la contra que viene a ensuciar el comicio. Debe ser así, nomás, pero el tipo, que viene desde la noche de los tiempos, no pudo evitar que se le ericen los pelitos de la nuca. En particular, después de que ingresando aleatoriamente datos, embocó los dos que se muestran...

Crónica de un encuentro fallido

"Yo nací en una ciudad de dos millones de habitantes", contaba el hermano del tipo que le dijo a una mina allá en un pueblito de Eslovaquia. La mina, con cara de asombro, le dijo "¡pero eso es la mitad de todo este país!". Antes, la mina le había explicado que para los estándares eslovacos, el pueblito, de dieciocho o veinte mil habitantes, era mediano. El hermano había ido a ver el pueblito donde nació su abuelo. De esto se acordó el tipo mientras paseaba por el lugar. Había llegado una media hora antes de lo indicado, pensando en que habría tiempo para mate y esas minucias esenciales de las relaciones gratas. Encontró el sitio indicado con facilidad. Lo primero que lo sorprendió fue un cartel rojo: "Libertad a los presos políticos" y la firma de la asamblea del lugar. Como la hora indicada se acercaba sin visos de que empezara el espectáculo prometido, el tipo se fue a dar un corto paseo. La plazoleta estaba toda cruzada de carteles que reclamaban por t

Casualidades

Al tipo le habían pasado la url de Sandra Russo, cuyas notas en P/12 lee sistemáticamente. Así que se dedicó a curiosear aquí y allá por el sitio, leyó un par de textitos que le gustaron y de pronto encontró una foto. Llamó a su jermu y le dijo: "mirá, por fin le podemos poner cara a Sandra" (porque en la casa del tipo, Sandra Russo es "Sandra", como si fuera una habitué). La jermu vino, miró, calcularon más o menos la edad, dijeron "linda mina" y la jermu, mirando más detenidamente, dice "che, qué parecida esa escalera a la que hay en la casa de mi sicóloga". Anoche la jermu volvió y contó que fue a lo de la sicóloga y que le había comentado el asunto. "Sí, vive acá, en el departamento del fondo". Ahora, pensando en la cadena de casualidades que llevaron a descubrir el hecho, uno se pregunta nuevamente: ¿a todo el mundo le pasan estas cosas todo el tiempo...?

Acerca del Vivir

I El vivir no admite bromas. Has de vivir con toda seriedad, como una ardilla, por ejemplo; es decir, sin esperar nada fuera y más allá del vivir; es decir, toda tu tarea se resume en una palabra: VIVIR. Has de tomar en serio el vivir. Es decir, hasta tal punto y de tal manera que aun teniendo los brazos atados a la espalda, y la espalda pegada al paredón, o bien llevando grandes gafas y luciendo bata blanca en un laboratorio, has de saber morir por los hombres. Y además por hombres que quizás nunca viste, y además sin que nadie te obligue a hacerlo, y además sabiendo que la cosa más real y bella es VIVIR. Es decir: has de tomar tan en serio el vivir que a los setenta años, por ejemplo, si fuera necesario plantarías olivos sin pensar que algún día serían para tus hijos; debes hacerlo, amigo, debes hacerlo,

Chicos en marcha

Con ustedes, la señora Sandra Russo , quien dice, entre otras cosas: " La vida es un accidente extraordinario. Cada niño que nace es el resultado de una cadena de buenos resultados. Miles de antepasados que lograron llegar a la etapa reproductiva, miles de circunstancias que remaron a favor de la continuidad de un árbol genealógico. Esta última figura, árbol genealógico, remite sin embargo solamente a cierta clase de personas. ¿A quién se le ocurriría bucear en el árbol genealógico de un desarrapado? ¿Podemos imaginarnos a alguien interesado en revolver el barro de su pasado? ¿No hay acaso, en la figura del árbol genealógico, una capa de barniz con la que se recubre el hecho no declamado, pero sí admitido, de que no todas las personas son igualmente personas? " (...) "Se dicen cosas que no se corresponden con lo que se hace. Los niños nos importan, los niños son el mañana, los niños son la esperanza, en fin, proclamas vacías de sentido en un mundo que ha naturalizado otr

Hagan sus apuestas...

En una época, si el pozo superaba los, digamos, cinco o seis palos, el tipo se tentaba y, como el que no quiere la cosa, cada semana entraba a una agencia y se jugaba uno, tal vez dos cartoncitos del Loto. Nunca embocó nada. Y la verdad es que nunca cifró mayores expectativas en que tal cosa ocurriera. Era algo así como un resabio de compulsión por el juego, que le venía de su abuelo -jugador compulsivo- y de su padre -jugador social, si es que puede copiarse la adjetivación del ámbito de la bebida-. Como que era tentador, ese pozo inmenso ahí. Hay jugadores que viven pendientes del tema. Para ellos hay una trampa adicional, puesta ahí desde tiempos inmemoriales: esos premios que superan, apenas, el valor de lo apostado, como diciendo "y dale, si ya la habías perdido, ahora para qué vas a abandonar... probá de nuevo". A veces existen relaciones así entre las personas. Una de ellas se tienta con la otra (o se tientan mutuamente, vaya a saber uno...). A veces, una de ellas pasa

I N C R E I B L E

Sabias, que (a través del banco de datos de la OTAN) podes consultar y ver tus propios datos del pasaporte en internet? Sin secretos, solamente con tu nombre. Todos pueden ver sus datos. Pulsa sobre esta dirección

¿Cómo no se me ocurrió...?

Si todavía no anduvieron por acá , vayan, lean, ríanse y aporten.

Más divague, pero no tanto...

El tipo va en el bondi para el laburo y de pronto la pregunta se le cae encima: ¿Cómo definir el vínculo con alguien que rechazó sistemáticamente imaginarse en su futuro, se resiste a corporizarse en su presente, pero se niega a entrar en su pasado? ¡Ampliaremos! ¿Ampliaremos...?

Divaguemos

El tipo está bajo la ducha. Piensa en un post que leyó anoche en un blog que describía cierta situación que le consume más energías que las recomendables mejor de lo que el tipo hubiera podido describirla. Imagina el parlamento para una conversación telefónica que amenazó con sostener. Imagina una serie de posts imitando estilos ajenos. Le viene a la memoria que tiene que buscar el librito aquel donde está la foto para el post sobre Yugoslavia que dijo en un comentario que iba a escribir. Imagina un comentario socarrón en lo de la Señorita M., diciendo algo así como que podría mandarle una foto para tentarla y rescatarla de su situación estrambótica, con lo que la ayudaría a empeorarla. De pronto cae en la cuenta de que precisamente las últimas generaciones, que hacen un culto de la ingesta de colesterol frito en hidrocarburos, han reemplazado las metáforas alusivas más acordes a esa dieta ("estar frito", "saltar de la sartén al fuego") por otra mucho más "ligh

Negocios son negocios (*)

Salim dice a su hijo: - Hijo mio, quiero que te cases con una dama que ya escogí para tí. El hijo responde: - Pero padre, yo quiero escoger a mi mujer. Salim dice a su hijo: - Mi querido hijo, ella es hija de Bill Gates. El hijo responde: - Bueno, en ese caso acepto. Entonces Salim se reúne con Bill Gates...y le dice: - Bill, ya tengo al marido ideal para su hija. Bill Gates responde: - Pero mi hija es muy joven aún para casarse. Salim dice a Bill Gates: - Tal vez, pero este joven es el Vicepresidente del Banco Mundial. Bill Gates responde: - En ese caso, creo que lo podemos arreglar, convenceré a mi hija para que acepte al muchacho. Finalmente, Salim se reúne con el Presidente del Banco Mundial... - Señor Presidente, tengo a un joven recomendado para ocupar el cargo de Vicepresidente de este banco.. Presidente: - Pero ya tengo muchos vicepresidentes, inclusive más de los que son necesarios realmente. Salim: - Lo que pasa es que este joven es el yerno de Bill Gates. Pre

Una de cal, una de arena

Una de arena El tipo llega a la parada. En medio de la vereda, dos chicos (uno de ocho o nueve, otro de seis o siete) se revuelcan por las baldosas, trenzados en una pelea. Una mujer de treinta y pico sale de la cola del bondi y forcejea con ellos para separarlos. Duramente: a gatas contiene al más chico, que se lo quiere comer al otro. Prácticamente tiene que pellizcarle la mano para que suelte al más grande. Tras una breve duda, queda claro que es la madre de ambos. Vuelven a la cola. Parada casi sobre el cordón, la madre cubre con su brazo izquierdo al más chiquito, que llora contra su cadera. Más hacia la izquierda está el poste del semáforo,a menos de medio metro. El más grande se abraza a él y como al descuido revolea la pierna y roza intencionalmente al chiquito, provocándolo. Se ríe de él y le hace burlas por lo bajo. El chiquito estalla de ira e impotencia; sin soltarse de su madre patea hacia atrás como un caballo. El más grande actúa un desconcierto poco creíble y devuelve c

El principio de Peter

Un camino para cada uno Aunque algunos hombres trabajan de una manera competente, he observado a otros que han alcanzado su nivel de competencia de una manera precaria, realizan su trabajo deficientemente, frustrando a sus compañeros y erosionando la eficiencia de la organización. Era lógico llegar a la conclusión de que por cada empleo que hubiese en el mundo habría alguien, en algún lugar, que no podría hacerlo. Con el tiempo y las promociones suficientes, ese alguien podría realizar dicho trabajo. Ello no incluía el simple error, la equivocación verbal, el error ocasional, que puede ser un obstáculo para cualquiera de nosotros. Todos pueden cometer un error. A través de la Historia, hasta los hombres más competentes cometieron sus equivocaciones. A la inversa, el incompetente por hábito puede, por una acción casual, acertar a veces. En cambio, yo investigaba el subordinado principio que pudiera explicar por qué tantos puestos importantes son ocupados por individuos incompetentes par

Nec plus ultra

No se si escuchas O quizas ya no sirve de nada Solo murmuras Solo me das vuelta la cara Ayer nomás Tu sol me entusiasmaba No llorabas por mi No llorabas por nada Dejaste que el dolor te curtiera la piel Ojalá no sea tarde Para volver a nacer para poder levantarte Me encantaria que estuvieras dormida Me encantaria volver a verte reir Como me gusta verte reir Hacía un par de días que esa cancioncita de NTVG se le había pegado. Le volvía a la cabeza una y otra vez. Esa mañana se fue a tomar el bondi cantándola por lo bajo. Subió al bondi, se sentó en un asiento de uno y siguió cantando. De pronto y sin que nada hiciera preverlo, cuando llegó a la estrofa que dice "Me encantaría volver a verte reír", sintió un nudo en la garganta. Cuando cantó "cómo me gusta verte reir", se le llenaron los ojos de lágrimas. Lloró en silencio, mirando empecinadamente hacia afuera para ocultarse del resto del pasaje. ¿Cuánto hacía que no reían juntos de algo...? Esa pregunta se sumó a l

Tarde

La última vez que recordaba haber llorado fue cuando se murió ese casi segundo padre que tuvo, cirrótico por el whisky. Bueno, en realidad, en el velorio. Todo iba bárbaro, considerando el mal momento, hasta que le contaron que la muerte de su compañera de toda la vida lo había conducido inexorablemente a la depresión, que ahogaba en el alcohol. Y que el sujeto -que se bajaba una o dos botellas por tarde-, a mitad de la segunda empezaba a gritar su nombre y que se dormía invocándolo a él. Ese comentario disparó todas las impotencias acumuladas que delimitaba esa muerte de alguien a quien en sus últimos años prácticamente no vió, siempre con una u otra causa, más o menos justificada... Siempre había pensado en que cuando le fuera bien iba a retribuirle todo lo que le enseñó asegurándole una buena vejez, haciéndolo partícipe de su bienestar, incluyéndolo en su éxito. Pero no llegó a tiempo. Y la impotencia se trocó en llanto desconsolado.

Mirando atrás: Cese de hostilidades

Entre una cosa y otra, llegó el cumple del tipo, que como es habitual aportó las correspondientes facturas para el desayuno. Invitó a todos en general y cada uno fue pasando por la bandeja y por el escritorio del tipo para los consabidos saludos, felicitaciones, etc. Ella no fue la excepción. Se acercó, le deseó un feliz cumpleaños, le dió un beso, preguntó cuántos, hizo las observaciones de costumbre ("¿sí? no parece, para nada..."). El tipo sobrellevó el asunto entre monosílabos y medias sonrisas y siguió con su laburo. Al tiempo, mientras el tipo esperaba la partida del micro en su asiento habitual, mirando por la ventanilla hacia el cielo soleado, escuchó una voz que le decía: "Perdón, ¿puedo sentarme acá?". Se volvió sorprendido para encontrarse con ella, que con una sonrisa traviesa y una mirada cómplice hacía lo que el tipo le había hecho con anterioridad. El tipo contestó que sí, obviamente, y en el camino descubrió que quizás no fuera actitud sobradora la d

Ella en su laberinto (*)

(*) Autora invitada: vosEnOff Él la había visto por primera vez hacía más o menos un año. Ella era nueva en la empresa y portaba unos grandes ojos curiosos que llamaron la atención de él. Ella lo registraba, pero no sobresalía del montón. Él era un tipo común y corriente. Al menos eso parecía. Supo su nombre al tiempo que él ya se había hecho de más datos personales: nombre y apellido, edad, profesión y estado civil de ella. De vez en cuando la cruzaba en algún pasillo o en los lugares para comer que los empleados solían frecuentar al mediodía, y se saludaban a lo lejos, pero no había lugar ni oportunidad ni tema para iniciar una charla. El sabía claramente que iba a la caza. Tenía la atención puesta en la presa. Cuando pudiera iba a lanzarse. Esperaba sin desesperar. Ella vivía en su mundo, en su grupo laboral cerrado y odioso, y con una familia como soporte que la contenía y le daba bastantes satisfacciones. El también tenía su familia, pero no era la primera vez que buscaba afuera

Angustia

Él decidió un día, al cabo de cuarenta años, que ya era suficiente. El tipo fue el encargado, ese día, de buscar las cosas de él. Y fue, poco tiempo después, el amigable componedor entre las partes para que la sangre no llegara al río y diferencias y posesiones se distribuyeran equitativamente.Aunque, justo es decirlo, no fue equitativo el reparto, y él, voluntariamente, llevó las de perder. Y se fue con ella. La única vez que hablaron directamente del tema, él le contó al tipo que algunos pensaban que ella lo estaba cagando. Y que no le parecía que fuera así. Que él nunca había sentido lo que sentía ahora, dijo. Y afirmó: "Y si esto es cagarme, que me caguen, nomás". El tipo comprendió que la cosa iba en serio cuando, a pesar de la ola de rumores familiares, a pesar de las disimilitudes, a pesar de los cuatro hijos de ella, a pesar de los treinta y dos años de diferencia, decidieron casarse. El tipo pensó -se convenció- que estaban locos cuando decidieron ser padres nuev

Atando cabos

Salí un rato de recorrida por un par de blogs y me encontré con dos notas dispares pero que, vaya uno a saber por qué, me pareció que en el fondo hablan de lo mismo: Una en lo de chirusa , otra en un blog que no conocía . ¿O no?

En familia

El colectivo está bastante cargado de pasajeros de a pie. Escucho alguien que empieza a vender lapiceras: una voz femenina de maestra jardinera. Cuando aparece en el fondo compruebo, además, que tiene aspecto y actitud concordante. Vende como diez. Raro, estamos a 22, la gente no suele andar con plata. Una dulzura, la mina. A cada uno le arrima el anotador: "¿quiere probar la roja?". Todos, menos uno, le dicen que no hace falta. Culmina su asunto y baja. Sube un rengo. Lo tengo más que visto durante años en esta línea. Ahora anda con un buen buzo. Y buenas zapatillas. Saluda al chofer con una de esas complicadas figuras que antes se veían sólo en las películas cuando se saludaban los "pandilleros". El chofer manotea una foto que tiene al costado y se la muestra. "Esta quién es?" -pregunta el rengo. "Mi mujer", le dice el fercho. Dos paradas más allá, sube un cafetero, también habitué de la línea. Empiezan a charlar y a joderse entre ellos. Muy bu

Susceptible de modificación sin previo aviso

Alguien a quien no pensaba ver hasta fin de año me avisó que va a andar por acá la semana que viene. Alguien más, con quien no pensaba encontrarme hasta fin de año me invitó a tomar mate la semana que viene. Y hubo alguien más, con quien no hablo hace más tiempo que el que quisiera, que me hizo un favor que le pedí. A la media hora, con creces y sin dudar. "¿Estás contento de que te vengan a visitar?" La pregunta se repitió varias veces. No contesté directamente ninguna de ellas. Mal hábito, el de bajar la persiana y quedarse del lado de adentro. Sip. Me alegra que vos vengas. Sip. Me alegra que la semana que viene, con vos nos chupemos unos mates. Y sip: lo que más me alegra es que vos me hicieras ese favor. Y más aún que me escribieras. Semana rara, esta. Punto de llegada y de partida. Momento de inflexión. Susceptible de modificación sin previo aviso y sabiéndolo, aunque haga de cuenta que no, disfruto el momento. Y me quedo a cuidar el boliche, mientras el tipo se toma u

Mirando atrás: Rumbo a lo desconocido

A partir del episodio del micro el tipo quedó un tanto amoscado y logró comportarse casi normalmente. Además poco a poco iba adueñándose de los sistemas que estaban a su cargo, lo que en alguna medida lo mantenía ocupado. Un día cualquiera finalmente lo invitaron a almorzar a la mesa común de un grupo de compañeros, así que tenía quién le diera charla y mantuviera su atención un tanto alejada del devenir de ella. Una mañana notó cierto revuelo en el piso: una compañera de laburo con licencia por maternidad había venido de visita con su retoño. En la isla de su izquierda, se armó una conversación entre varios. Ella, que atinaba a pasar por ahí, comentó algo acerca de "mi piojita", en ese tono un tanto forzado que denota el interés de que alguien nos oiga. El tipo registró el dato y al mismo tiempo registró que no sabía nada de ella, excepto que debía tener unos quince años menos que él y que a pesar de sí misma se lo tragaba como un remolino. A la hora del almuerzo pasó por el

GALLEGOS VERSUS AMERICANOS (*)

CONVERSACIÓN REAL GRABADA DE LA FRECUENCIA DE EMERGENCIA MARÍTIMA CANAL 106, EN LA COSTA DE FINISTERRA (GALICIA), ENTRE GALLEGOS Y NORTEAMERICANOS, EN OCTUBRE, 16 DE 1997 Gallegos: (ruido de fondo).... Les habla el A-853, por favor, desvíen su rumbo quince grados sur para evitar colisionarnos... Se aproximan directo hacia nosotros, distancia 25 millas náuticas. Americanos: (ruido de fondo)... Recomendamos que desvíen su rumbo quince grados norte para evitar colisión. Gallegos: Negativo. Repetimos, desvíen su rumbo quince grados sur para evitar colisión. Americanos: (otra voz americana) Al habla el Capitán de un navío de los Estados Unidos de América. Insistimos, desvíen ustedes su rumbo quince grados norte para evitar colisión. Gallegos: No lo consideramos factible ni conveniente, les sugerimos que desvíen su rumbo quince grados sur para evitar colisionarnos. Americanos: (muy caliente) LES HABLA EL CAPITÁN RICHARD JAMES HOWARD, AL MANDO DEL PORTAAVIONES USS LINCOLN, DE LA MARINA

La venganza será terrible... (*)

García estaba emocionado con su nuevo rifle, así que fue a cazar osos. Se encontró con un pequeño oso de color marrón y le disparó. Fue entonces que sintió un golpecito sobre su hombro y se dio vuelta para ver un gran oso negro el cual le dijo: "Tenés dos opciones, o te mato a golpes o nos entendemos con sexo". García decidió someterse antes que perder la vida... Aunque se sintió dolorido por dos semanas, rápidamente se recuperó y juró venganza. Inició otro viaje para encontrar al oso negro y cuando por fin lo encontró, le disparó. Entonces sintió otro golpecito en el hombro. Esta vez un enorme oso grisáceo estaba a su derecha. Era más grande que el oso negro, y le dijo: "Esto va a dolerte más a vos que a mí, pero tenés dos opciones, o te mato a golpes o nos entendemos con sexo". Otra vez García pensó que era mejor perder su dignidad que su vida. Aunque sobrevivió, pasaron muchos meses hasta que logró recuperarse. Ultrajado, se dirigió de nuevo al bosque con una sol

Progama MiPC: O te garco de nuevo y van...

A raíz de la aparición de esta nueva estafa publicitada como programa MiPC, pensaba decir algo, pero en este lugar ya está dicho todo lo útil que se puede decir... Como para darles ganas de leer, un par de parrafitos: ¿Por que el estado tiene que intervenir en promocionar a estas empresas? ¿es acaso ahora una agencia de publicidad? ¿no tienen acaso que hacer cosas más importantes? La educación es lamentable, en algunos lugares del país ni sueñan con una PC porque no saben que es, en otros ni luz tienen, o agua potable. Y este programa de venta masiva de basura informática es auspiciado por el estado????? ¿Donde quedó la supuesta movida del Gobierno Kirchnerista de pasarse al Software Libre? ¿Desde cuando Microsoft es una empresa que piensa en el bien de la gente? que yo sepa, como toda empresa, sólo piensa en SU bien. (y eso no se si está mal, una empresa surge para ganar plata, por lo general) (...) El gobierno de De La Rúa ya hizo algo parecido y al final casi nadie cayó en

Enfoques

El tipo viajaba en el bondi hacia su casa. Parado donde siempre (al fondo, agarrado al pasamanos vertical), de pronto ve una carpeta con una etiqueta circular pegada que dice Shorthorn. Por insólito que pareciera, nunca había caído en la cuenta de que aquello que desde chico escuchaba a su vieja -que al referirse a ciertas damas de tamaño respetable las definía como "tamaño shorton"- o que leía cada tanto en el diario, en la página de remates vacunos, quería decir, en inglés, cuerno corto. Ahí se acordó de aquella vez en que alguien -que le estaba contando vaya a saber qué anécdota que no recordó- le hizo una comparación que involucraba "una C como la del logo de Carrefour". Aquella vez, el tipo al momento perdió el hilo del relato e inquirió "pará, pará, ¿cuál C...?". Su interlocutor, incrédulo, le contestó que "¿cómo cuál C? La del logo, adentro del rombo de carrefour..." Más perdido todavía, el tipo se preguntó de qué rombo le estaban hablando

Autor anónimo (*)

Antes que Roland Barthes defendiera la idea de hacer anónimo al autor, de divorciarlo de su texto, Tuñón cumplió, acaso sin proponérselo, con la consigna barthesiana. A modo de homenaje a Aída Lafuente, una mujer que murió peleando hasta el final, el poeta escribió La libertaria . Tiempo después, cuando visitó España durante un congreso de escritores, en un festival folklórico escuchó cómo cantaban su poema, al que habían musicalizado. Todos repetían sus versos, “estaba toda manchada de sangre... estaba toda manchada de cielo”, y Tuñón quiso decir: “El autor soy yo”. Pero no lo hizo. Se acercó al escenario y preguntó: “¿De quiénes son esos versos?”. Para su asombro le respondieron: “Anónimo, de autor anónimo”. Tenía 32 años y ya era autor anónimo, universal. En El poeta murió al amanecer (incluido en Canciones del tercer frente), Tuñón, que murió en 1974, anticipó cómo quería ser recordado: “Fue un poeta completo de su vida y su obra. Escribió versos casi celestes, casi mágicos, de inv

Mirando atrás: Nos siguen pegando abajo.

Con el correr de los días, el tipo y ella fueron encontrando un protocolo medianamente aceptable: hasta aproximadamente cinco metros, ni siquiera se miraban. A partir de esa distancia, no dejaban de mirarse. Por supuesto, no lograban hablarse. A duras penas cambiaban un hola lanzado a todos y a nadie y algún que otro monosílabo -si era inevitable y siempre que hubiera al menos otra persona presente-. Durante los viajes se seguían rastreando, mientras alternativamente hacían como que charlaban con alguien, como que leían, como que dormían, o como que miraban el paisaje. En el viaje de ida, el tipo había encontado un asiento bastante adelante, al lado de una rubiecita cuya principal virtud consistía en estar dormida ya cuando el tipo subía y dormir todo el viaje. Eso le ahorraba al tipo la incomodidad de la charla mientras tenía la cabeza en otra parte. De todos modos, cada mañana podía ver la cabeza pelirroja estirarse para verificar si subía. En el viaje de vuelta, el tipo descubrió qu

Queda prohibido

Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber que hacer, tener miedo a tus recuerdos. Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños. Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus deudas y mal humor. Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivieron juntos, llamarles solo cuando los necesitas. Queda prohibido no ser tú ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal de que te recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere. Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, no creer en Dios y hacer tu destino, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada DIA como si fuera un ultimo suspiro. Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa, todo, porque sus caminos han dejado de abrazarse, olvidar su pasado y pagarlo con su presente. Queda prohibido no