Ayer a la noche, el tipo seguía desde la notebook, en su casa, las peripecias del empaquetado final de un producto probablemente llamado a hacer historia en la informática (uno siempre cree eso...). Quince minutos antes del desastre, alrededor de las 22:45, el tipo intercambió breves y eufóricos saludos con uno de sus cumpas que estaba en la oficina todavía, cuyo último comentario fue "...y nos vamos de vacaciones!!". "Seee", contestó el tipo. Uno tras otro, fue viendo de un modo casi ritual, los "xxx signed off" de cada uno de los que iban apagando sus máquinas para irse de vacaciones luego de dos años de trabajo consecutivo e ininterrumpido. Había sido un parto que duró mucho más tiempo que el debido, y muchísimo, muchísimo tiempo más que el deseado. Media hora después, su hijo menor apareció para darle la novedad "se incendió un boliche, por once". Al rato: "hay muertos". Se acabó la película que veían con el otro hijo en el comedor....
Sábado. Nueve de la noche. El tipo mira para arriba y ve una hilera de palmeras agitadas por el viento que le recuerda la presentación de Miami Vice. Un cielo algo nuboso, con capas de nubes en distintas altitudes, unas casi quietas, otras volando a una velocidad que al tipo le parece enorme. El tipo está a cien metros del escenario, en esa loma natural que constituye la calle asfaltada. Adelante, unos diez metros hacia cada lado, sendas camionetas con parabólicas en el techo. En una de ellas, un chabón con una cámara y otro con una filmadora digital captan distintos momentos. Se prende la luz y aparece un locutor anunciando lo que viene. Dos minutos después entra ella. Arranca con La Cigarra. Al tipo se le humedecen los ojos mientras canta. Ve montones de manos yendo a los ojos cada tanto, así que se ve que no es el único. Muchos jóvenes cantando. Siguen casi dos horas de recital impecable. Entre la gente, una sucesión interminable de postales del tiempo que vivimos. Muchísima gente v...
Me lo afané de acá . OPTIMISMO Y PESIMISMO El tipo se hace pesimista, por lo general, a fuerza de ir viendo lo que les pasa en la vida a los optimistas. Hay un optimismo capaz de producir pesimismos: y es el de los optimistas que enajenan el presente, que desatienden la hora en que se vive a fuerza de anticiparse un futuro prodigioso de esa hora. Aspirar a la plenitud es un modo de conspirar contra ella. Quien aspira a mucho, en efecto, siempre se siente defraudado por lo que pudo, luego, conseguir. Cada hora de la vida tiene una riqueza, un significado y un sentido. Cuando el tipo no aprovecha esa riqueza, no advierte ese significado, no entiende ese sentido, ha sufrido una pérdida que ya con nada podrá compensar. No es optimismo auténtico el de quien espera confiado a que la realidad llegue a tener el tamaño de sus sueños: lo es, en cambio, aquel capaz de vivir su sueño como una realidad. Esperar a que una ilusión se realice, es una falta de respeto para con la ilusión. Esperar a ...
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