...y el tiempo no para

La vieja del tipo se había quedado a apoliyar, porque estaba a mitad de una mudanza. La mañana siguiente, mientras esperaba que le avisen que era la hora de ir a entregar su viejo depto, se sentó en el living junto al tipo, mientras éste leía el correo y los diarios por internet.
Escuchó los comentarios entre el tipo y su jermu, acerca de los dos compañeritos de su sobrinita que perdieron la vida en Cromañon.
Entonces contó que una compañera del centro de jubilados perdió ahí a su nieto. "Y era la super-abuela, la pobre, vivía pendiente del nieto", contó la vieja.
Y que, cuando al chico lo velaban, en el velatorio apareció el policía que lo había sacado, que se abrazó con los padres y, llorando, les pidió disculpas por no haberlo podido sacar antes.
El tipo, que el día anterior había estado pensando en un último post sobre el tema, se resignó a que todavía era probable que hubiera más antes del último, pensó en este y en la frase para cerrarlo.
Ante su estupor, la vieja terminó su relato con prácticamente la misma frase.
"Yo pienso que esto va a ser un hito. Va a haber un antes y un después de esto", dijo, con un dejo de esperanza en la voz.
Y sigo lagrimeando.

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