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Hace algunos años, al tipo se le dio por conseguirse el permiso de un gurú de la informática, para armar un sitio de internet que fuera la traducción al español del de dicho gurú.
Por esas casualidades de la vida, para esa época retomó contacto con un viejo conocido local que era también admirador del antedicho gurú, pero además no era un autodidacta improvisado como el tipo, sino que, él sí, era un académico hecho y derecho. Con cargos en una universidad privada y ayudante de cátedra o algo así en una universidad pública, incluso.
El susodicho, a su vez, también andaba por su lado tratando de impulsar por estas pampas las teorías del gurú con su propio emprendimiento.
Así que el tipo sumó dos más dos y decidió proponerle aunar fuerzas y laburar en la traducción de los textos y páginas.
Se juntaron a tomar un feca. Una vez que el tipo hizo su propuesta, el otro lo miró con cara de absoluto desconcierto y preguntó -genuinamente sorprendido- "¿y para qué?".
El tipo argumentó que hay muchos jóvenes estudiantes, incluso de informática, que no la pasan bien lidiando con el inglés. La respuesta del académico fue: "hoy en día, todos saben inglés. y si no saben, que se arreglen".
No, no tenía 80 años. A gatas debía arañar los 30...

Ya varios años antes, cuando el tipo robaba haciendo como que laburaba en cierta repartición oficial (cuando recién empezaba a oirse hablar por estas pampas de algo que se llamaba WWW a lo que se accedía con Mosaic o Netscape y Microyasaben tardaba quince días en responder un fax de pedido de soporte), se vio involucrado en el diseño de un nuevo sistema interactivo. Luego de las reuniones de rigor para definir el alcance, determinar las capacidades, evaluar las herramientas, etc., etc., uno de los participantes se encargó de elaborar un borrador de propuesta formal para elevar a las autoridades. El tipo agarró su borrador y empezó a leerlo, haciendo las consabidas anotaciones al margen, correcciones de estilo, etc. Una de las cosas que corrigió era la línea en el resumen inicial que, refiriéndose al proyecto, decía algo así como "la interfaz bla bla bla nickname Nombredelproducto...".
El tipo eliminó la palabra en inglés y puso "apodada".
El otro, cuando leyó el documento terminado, vino a agradecerle al tipo y le dijo "vos sabés que me pasé casi 15 minutos tratando de acordarme cómo se decía en castellano...".
Y mirándo al tipo con cara compungida pero cómplice, terminó:

"Es que yo ya estoy culturalmente violado".

(*) Inspirado en el post de hoy de Mantantiruland.
No daba para un comment.

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